UN AMOR DESMEDIDO
La vida de Jesús en la tierra fue la revelación de un Dios que siempre es descomedido prodigando su misericordia y su amor. En sus parábolas vemos a Dios en diversas imágenes de tal gracia: a un prestamista que perdona una deuda enorme, impagable; a un pastor que sale de noche a buscar una oveja perdida; a un juez misericordioso que escucha la súplica de un indigno cobrador de impuestos. Según estas historias, la extensión sin límites de su perdón no depende de nuestro arrepentimiento, de nuestra capacidad natural de amar a los demás, o incluso de obras dignas y honrosas. Depende solo del amor infinito que hay en el corazón de Dios por nosotros.Uno de las historias más conocidas de Jesús, es la que se refiere al padre que tenía dos hijos (Lc 15.11-32). En ella encontramos dos imágenes impactantes: al hambriento pródigo, impulsado por la vergüenza y yendo por el camino pensando en el error que ha cometido; y a la vergüenza y el dolor que hizo sufrir a su padre. Va ensayando la contrita disculpa que preparó con la esperanza de que su padre considerara la posibilidad de contratarlo como un sirviente.
Es posible que no haya una declaración mayor en la Biblia acerca de cómo es Dios, que lo que el padre hace cuando ve a su hijo a lo lejos. Lleno de compasión, corre frenéticamente a su encuentro de una manera indecorosa; agarra al sucio y andrajoso joven y lo abraza con una alegría desbordante. Antes de que el hijo pueda comenzar a recitar el discurso de vergüenza que había preparado cuidadosamente, su padre —sin una pizca de enojo o resentimiento— es vencido por la emoción que solo el amor incondicional podía provocar, y le prodiga un amor y una aceptación irrefrenables.
El amor de Dios es diferente a cualquier otro amor. No está basado en algo que hagamos. Si lo estuviera, y ese "algo" flaqueara, ¿no se desintegraría también su amor? Eso es lo más remoto que pudiera suceder. Nada es más fuerte o más profundo que su amor. Como dice 1 Juan 4.16: Dios es amor.
LA VERDAD DEL EVANGELIO ES ÉSTA: Dios le ama a usted de una manera perfecta, total e incondicional. Tenga presente esto: Dios no solo ama al mundo; Él le ama a usted, profundamente. El Señor Jesucristo le dice que se siente en casa con su amor, y que sepa que la única razón por la que usted será capaz de amarle a Él es porque Él le amó primero. Cuando sus pies estén plantados firmemente sobre el terreno de esta verdad, y usted esté bañado por su desmedido amor, experimentando su anchura, su longitud, su altura y su profundidad, su vida cambiará. Toda su devoción a Él fluirán de esta fuente.
El apóstol Juan escribió esta portentosas palabras hacia el final de su vida: "Nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros" (1 Jn 4.16). Posiblemente, la pregunta más importante que tendremos que responder en esta vida sea ésta: ¿Podemos expresar esta verdad con absoluta convicción? Estas palabras convierten a una proposición abstracta en una relación personal; son el corazón y el alma de la fe cristiana, y la decisión fundamental de su vida.
Ser cristiano no es el resultado de una elección moral o de una creencia en ideales nobles, sino más bien un encuentro permanente con una persona —Jesús— quien le da a la vida un nuevo horizonte y una dirección definitiva. ¿Creerá usted en Dios y en el amor que Él tiene por usted?
- Comentario:
"GRACIAS ESPÍRITU SANTO POR ESTA REVELACIÓN TAN MARAVILLOSA, SIGUE BENDICIENDO A TUS HIJOS CON TUS REVELACIONES.GRACIAS PASTOR POR COMPARTIR CON NOSOTROS LO QUE EL SEÑOR LE REVELA PARA ALIMENTAR Y DAR VIDA A NUESTRO ESPIRITU.
DIOS LES BENDICE"Fuente: Desafío cristiano
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