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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

lunes, 29 de julio de 2013

Yo creo en Dios, y usted?


Yo creo en Dios

A pesar de que a veces parezca que no es posible realizar sus sueños, uno tiene que superar esos sentimientos. Comprenda, Dios nunca va a poner un sueño adentro suyo sin primero prepararle con todo lo que necesita para realizarlo. Si siente que no tiene la sabiduría, el talento, la habilidad, o los recursos necesarios, simplemente acuérdese de lo que dijo el Señor Jesús: Si puedes creer verás la gloria de Dios (Juan 11:40), Tened fe en Dios (Mr 11:22), y Al que cree todo le es posible.

Algunas personas pierden las cosas grandiosas que Dios quiere hacer para ellas y a través de ellas porque están resignadas y no han usado la fe. En el Antiguo Testamento, cuando Dios le pide a Moisés que confronte al faraón y le ordena que libere al pueblo que estaba viviendo en la esclavitud, Moisés dijo: “Dios, no puedo hacer eso, yo tartamudeo y no soy bueno para hablar”.

Me encanta como Dios contestó las excusas de Moisés, Dios preguntó: “Moisés, ¿Quién hizo tu lengua? ¿Quién hizo tu voz?” Con estas preguntas, Dios le estaba recordando a su siervo: “Moisés, ya he puesto en ti exactamente lo que necesitas. Ahora, saca lo que te he dado, y úsalo para el bien de tu familia, amigos, y el tuyo”. No deje que el tamaño de su sueño o la grandiosidad del llamado de Dios en su vida lo intimide.
Es más, no deje que personas o pensamientos negativos le impidan de seguir hacia delante. Cuando la gente intentó desanimar al apóstol Pablo, tratando de convencerlo de dejar sus sueños, él respondió: “¿Y qué si ellos no creen? ¿Causará su incredulidad que la promesa de Dios no tenga efecto en mi vida?” Pablo estaba diciendo: “Si otras personas no quieren creer en Dios para lograr cosas mejores, eso es un problema de ellos; pero no me van a impedir que yo crea”. Esa es la actitud que también necesitamos tener.
¿Y que si la gente dice que no puedo tener éxito? ¿Y qué si alguien trata de derribarme; y qué si una persona no cree? Yo no voy a permitir que sus acciones o comentarios me hagan abandonar los sueños que Dios me ha dado. No voy a permitir que la incredulidad de otros influya en mi fe.
Fuente: Ebi Mexico

sábado, 27 de julio de 2013

¿A USTED SE LE OLVIDO?


"Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15). 
Un pequeño niño, que vivía en la calle, oyó de un de los colegas de infortunio:
¿Si Dios lo ama  a usted, ¿por qué no cuida de usted?
¿Por qué no manda alguien traerle un pantalón nuevo, y un abrigo, y una comida mejor?
“El niño pensó por algunos instantes y, con lágrima en los ojos, contestó: "Yo creo que Él mandó alguien, pero ése alguien se olvidó."
El plan de Dios es cuidar a todos, usando para eso, sus discípulos. 
Muchas personas están, hoy, necesitando urgente de un cuidado especial. Son personas angustiadas, tristes, desengañadas. Dios quiere cuidar de ellas y, para eso, cuenta conmigo y con usted.
¿Y qué hemos hecho? 
Dios nos mandó amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. 
¿Hemos hecho eso? 
Hay muchos que están vagando por las calles esperando que les llevemos los pantalones de la fe, el abrigo caliente del amor, el alimento para sus vidas espirituales hambrientas. Están esperando... ansiosos...
 ¿Vamos a insistir en olvidar de lo qué Dios nos mandó hacer? 
A veces pensamos que una vida con Dios consiste apenas en ir a la iglesia, cantar en el coro, participar en la Escuela Bíblica, entregar una ofrenda en el culto semanal.
¿Y los qué están fuera de la iglesia? 
¿Y los perdidos?
¿Y los trabajados y cargados?
El señor Jesús nos llamo y nos mando, como a Abraham, ser una bendición.
Ser un cristiano dentro del templo es fácil, cómodo, agradable. Pero Jesús no nos dijo "entrad en la iglesia y sentad" el dijo: "id y predicad el Evangelio". Y lo predicar no se restringe a palabras, pero, también a actitudes. 
¿Ha cumplido totalmente la voluntad de Dios o se olvidó de un algo?

jueves, 25 de julio de 2013

Sus errores del ayer quedaron en el pasado

El que no reconoce sus errores - simplemente no evoluciona .

Dr.Juan Barek

Puede ocurrirle a usted. Justo cuando se siente más entusiasmado porque experimenta cambios en su comportamiento, le embarga un extraño sentimiento de frustración y desasosiego. Recuerda su pasado. Es como una sombra que le sigue a todas partes.
¿Ha vivido esa situación? Es frecuente. Y pone obstáculos al propósito de cambio. Es una de las armas eficaces de Satanás y sus aliados. Es la forma como detiene cualquier avance espiritual. Siembra desánimo y frustración.
Sin embargo se trata de una mentira. La más infame porque desde el momento en que usted y yo aceptamos a Jesús como Señor y Salvador, todos nuestros pecados fueron borrados.
El apóstol Pablo escribió: ”Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándonos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, quitándola de en medio y clavándola en la cruz... ”(Colosenses 2:13-14).
Es hora de perdonarse
Imagine por un instante que entra a la oficina celestial de Jesucristo. Está ocupado. Sobre su escritorio, decenas de documentos por firmar. Usted toca la puerta entreabierta y, con un gesto, mirándole por encima de sus lentes, le invita a seguir.
—Señor Jesús, me siento triste, deprimido, me embarga la sensación de que no vale la pena seguir adelante—, le explica.
—¿A qué se debe?— pregunta el maestro.
—Es un pecado que cometí hace algunos años. Engañé a mi esposa, le causé mucho daño, la hice infeliz—argumenta usted.
Sin decir palabra, Jesús se dirige al archivador. Pregunta su nombre, luego su apellido y comienza a revisar todos los expedientes. Guarda silencio. Sus dedos recorren hábilmente todos los folios. Mueve la cabeza y volviéndole la mirada, le dice:—Lo siento, no se de qué me hablas. Revisé todos los archivos y no aparece el pecado de que me hablas—.
—Yo recuerdo que te pedí perdón, pero sigo preocupado.
—Ah... –le interrumpe el Señor—es que me pediste perdón. Yo te perdoné. Eso lo explica todo. Ya no existen esos errores. Están en el pasado, y para serte sincero, allí quedarán para siempre, en el pasado—.
Usted abandona el lugar con la convicción de que fue perdonado, aunque mismo no quería admitirlo para si mismo.
¿A qué se debe esta situación? A que Dios nos perdonó pero nosotros no nos hemos perdonado aún. Ese es el instrumento que utiliza el diablo para traernos a la memoria lo que hicimos ayer, y tratar de frenarnos en nuestro crecimiento espiritual. Lo que debemos hacer entonces, es permitir que el perdón nos cubra. Es decir, perdonarnos. De lo contrario, siempre nos atormentaremos por lo que hicimos.
Comience a vivir plenamente
El pasado es pasado y en el pasado debe quedar. No es un juego de palabras. Es una realidad. Dios ya le perdonó. No tiene sentido que usted se siga atormentando como lo hace hasta ahora.

martes, 23 de julio de 2013

"TEMOR Y AYUNO"

 ayuno
"Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi. Entonces él tuvo temor; y Josafat humillo su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá."  II Crónicas 20:2-3

¿Qué hace cuando el enemigo viene tras de usted como una parvada de Amonitas? ¿Cómo reacciona cuando tiene miedo?  ¿Qué hace cuando recibe malas noticias? Algunos entran en depresión, otros sufren ansiedad y otros permiten que la situación afecte sus cuerpos. 

¡Este rey hizo lo correcto!  Cuando oyó que venían, temió, sí, pero no se quedó ahí.  Se puso a propósito seriamente a buscar a Dios y después proclamó ayuno en toda la nación. 

¿Está su familia o matrimonio pasando por algo?  ¿Está su espíritu atribulado? 

¡Adelante y tema, pero no se olvide de ayunar!

domingo, 21 de julio de 2013

¿Irán al Infierno Aquellos que Nunca han Escuchado de Cristo?


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Por RC Sproul
Esa es una de las preguntas más cargadas emocionalmente que a un cristiano jamás se le puede hacer. No hay nada más aterrador o más horrible de contemplar que cualquier ser humano podría ir al infierno. Aparentemente, cuando hacemos una pregunta como esa, lo que está detrás de eso es: “¿Cómo podría Dios enviar a una persona al infierno que ni siquiera tuvo la oportunidad de escuchar del Salvador? Simplemente no me parece correcto.”
Yo diría que la parte más importante de la Escritura para estudiar con respecto a esa pregunta es el primer capítulo de la carta de Pablo a los Romanos. El punto de la carta a los Romanos es declarar las buenas nuevas-la maravillosa historia de redención que Dios ha provisto para la humanidad en Cristo, las riquezas y la gloria de la gracia de Dios, en la medida en que Dios ha de redimirnos. Pero cuando Pablo introduce el evangelio, el comienza en el primer capítulo, a declarar que la ira de Dios se revela desde el cielo y esta manifestación de la ira de Dios se dirige contra una raza humana que se ha convertido en impía e injusta. Así que la razón de la ira de Dios es la ira contra el mal. Dios no está enojado con gente inocente, está enojado con los culpables. El punto específico por el que son acusados de mal es en el rechazo de la autorrevelación de Dios.
Cristo es enviado a un mundo que ya está en camino al infierno.
Pablo insiste en la idea que desde el primer día de la creación y de la creación, Dios ha manifestado claramente su eterno poder y ser y carácter a cada ser humano en este planeta. En otras palabras, todo ser humano sabe que hay un Dios y que él es responsable ante Dios. Sin embargo, cada ser humano desobedece a Dios.¿Por qué empieza Pablo su exposición del evangelio en ese punto? Lo que él está tratando de hacer, y lo que se desarrolla en el libro de Romanos, es lo siguiente: Cristo es enviado a un mundo que ya está en camino al infierno. Cristo es enviado a un mundo que está perdido, que es culpable de rechazar el Padre a quien conocen.
Ahora, volvamos a la pregunta original, “¿Envía Dios personas al infierno que nunca han oído hablar de Jesús?” Dios nunca castiga a las personas por rechazar a Jesús si nunca han oído hablar de Jesús. Cuando digo eso la gente respira un suspiro de alivio y dicen: “Entonces será mejor que no le digas a nadie acerca de Jesús porque alguien le podría rechazar.” Luego están realmente en serios problemas. Pero, de nuevo, hay otras razones para ir al infierno. Rechazar a Dios el Padre es una cosa muy seria. Y nadie podrá decir en el último día, “Yo no sabía que existía.” porque Dios se ha revelado claramente. Ahora, la Biblia deja en claro que la gente necesita desesperadamente a Cristo. Dios les puede conceder su misericordia unilateralmente, en algún momento, pero no tengo ninguna razón para tener mucha esperanza en eso. Yo creo que tenemos que prestar mucha atención al mandamiento apasionado de Cristo de ir a todo el mundo, a toda criatura viviente, y hablarles de Jesús.

¿Como Seremos En El Cielo?

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Perfección.
La mayoría de nosotros entendemos el concepto, pero tenemos dificultades para imaginar algo verdaderamente perfecto. Toda en nuestra experiencia de vida en la tierra es deficiente e imperfecta.
Y para aquellos que conocen y aman al Señor, las imperfecciones de las que estamos más profundamente conscientes con frecuencia tienden a ser las nuestras. No estoy hablando de la fragilidad de nuestros cuerpos, aunque creemos que también estas. Pero las imperfecciones que nos preocupan no son superficiales. El verdadero problema es pecaminoso que viene directamente del corazón (Marcos 7:21-23).
Por supuesto, tenemos una tendencia a ser más tolerantes con nuestras propias imperfecciones que de los defectos de los demás. Nosotros tratamos de cubrirnos, pero en nuestros corazones sabemos muy bien que somos lamentablemente y pecaminosamente imperfectos. ¿Qué cristiano no puede hacerse eco del sentimiento Pablo expresado en Romanos 7:24: “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?”
No estamos solos en esto. El universo entero sufre los efectos del pecado humano. Pablo escribe: “Porque sabemos que toda la creación gime y sufre dolores de parto hasta ahora” (Romanos 8:22). Es por eso que todo lo que podemos conocer de la tierra es imperfección. Toda la creación agoniza bajo el efecto cruel de la maldición del pecado, a la espera de la consumación de todas las cosas, cuando finalmente sea quitada la maldición.
En ese momento, todo será perfecto. El dolor, la tristeza y el gemido de la creación finalmente dejaran de existir. “Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con gritos de júbilo, gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán” (Isaías 35:10).
No sólo eso, sino que vamos a ser perfeccionados gloriosamente. Toda persona —cuerpo y alma— se hará completamente nueva e impecable. Como el apóstol Juan escribió: “Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como El es.” (1 Juan 3:2).
No podemos imaginarlo ahora —“lo que seremos aún no ha aparecido,”— pero finalmente seremos total y completamente como Cristo. Este es el propósito por el cual Dios nos escogió en la eternidad: “ser conformados a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29).“Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” (Efesios 1:4). Él ya ha comenzado su buena obra en nosotros, y Él fielmente “la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6). Y cuando veamos a Cristo, seremos hechos al instante y sumariamente completamente perfectos, porque le veremos tal como él es.
El cielo es un lugar perfecto para gente hecha perfecta. La perfección es el objetivo de la obra santificadora de Dios en nosotros. Él no sólo nos hace mejores de lo que somos, Él nos está conformando a la imagen de su Hijo. Él nos hace aptos para morar en Su presencia para siempre. La perfección absoluta de los cielos es la consumación de nuestra salvación. Es el propósito para el cual Él nos escogió antes de la fundación del mundo.

miércoles, 17 de julio de 2013

Cristiano nunca dejes de cambiar

"Nunca dejes de soñar y si vas a cambiar haslo por ti mismo..."


El mayor error que puedes cometer es tener miedo a cometer errores.
Es trágico cuando el éxito se te sube a la cabeza, pero es peor aún cuando se te mete en ella el sentimiento de ser un fracasado.
Larry Anderson, ex-jugador del equipo de baloncesto de San Diego Padres,solía decir: “Si no tienes éxito al principio, tal vez vas a fracasar. Posiblemente esto te haga sonreír, pero muchos de nosotros, temiendo al fracaso, nos aferramos a cualquier cosa con la que nos sintamos cómodos, incluso aunque ésta no funcione.
Si bien no lo expresamos con tantas palabras, nuestra actitud es: No mires, no sea que veas, no escuches, no sea que te enteres, no pienses, no sea que aprendas, no tomes una decisión, no sea que te equivoques, no camines, pues podrías tropezar, no corras; te puedes caer, no vivas; te puedes morir, no cambies; ¡podrías crecer!
En los años 1940, el 80% de los relojes de pulsera se fabricaban en Suiza. A finales de los años 50, el reloj digital fue presentado a los suizos, pero lo rechazaron porque ya tenían los mejores relojes y los mejores relojeros. Entonces, el hombre que desarrolló la idea se la vendió a Seiko... y lo demás ¡ya es historia! En 1940, las compañías de relojes suizas empleaban a unas ochenta mil personas. Hoy, emplean a dieciocho mil. En 1940, fabricaban el 80% de todos los relojes del mercado, hoy, el 20%, ¡y la mayoría son digitales! Esta historia demuestra lo que ocurre cuando una organización o un individuo decide morir antes que
cambiar.
Ora hoy: “Señor, que esté siempre abierto al cambio.”

Cómo afrentar una crisis

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Cuando tengo la oportunidad de compartir la Palabra, siento una gran responsabilidad, pero también un gran gozo. Para mí, la Palabra ha sido mi sustento en los momentos más difíciles de mi vida. Mucha gente cree que por ser pastores, no tenemos problemas en la casa, familia o negocio, o que todo nos va a salir bien, pero quiero decirle que el servir a Dios de tiempo completo, no garantiza que no habrá situaciones adversas.
A veces nos vemos en situaciones que a no ser por la Palabra de Dios, no saldríamos de eso. Quiero compartirle hoy una de las vivencias que son la clave para soportar esos momentos difíciles, en los que las promesas de Dios nos sostienen. ¿Cuántos de los que están aquí se han defendido con la Palabra de Dios en medio de una crisis? ¿Cuántos de los que están aquí saben cómo estar parado en el momento preciso en que se recibe algo adverso? A lo largo de la vida que Dios me ha dado, he tenido diferentes tipos de problemas; he hecho buenos y malos negocios, los malos me han angustiado en su momento. Uno se pregunta: “¿A qué hora me metí en eso?” y “¿Cómo voy a salir de eso?”. Aquellas situaciones familiares que uno no mira ni principio ni fin, y he creído que algo demasiado malo me está pasando, y que Dios no está en control de ello. Pero la Palabra que les voy a compartir es la que me ha ayudado a salir de esas crisis.
No se cuál es la problemática que puedes estar viviendo hoy, o en las decisiones que estás por tomar, pero hay decisiones que uno siente que algo grande se le está viniendo encima. Las primeras preguntas que uno se hace son “¿qué hice? ¿Qué no hice? ¿A qué hora no tuve tal control? ¿A qué hora se me pasó éste que no me quiere pagar? Y empieza uno a buscar un culpable. Al que primero le echa la culpa es al diablo, y él tal vez ni se metió ahí. Quiero contarle que el diablo no es omnipresente, ni omnisciente, es sencillamente un ángel caído del cielo, no tiene las facultades que tiene Dios. Por lo tanto, si el diablo se ocupa de uno de ustedes, difícilmente se va a ocupar de mí. A veces, está pasando por un problema o está por entrar a una de esas cosas que dice “me reventó, ya ni corro porque para dónde agarro”. No se si ha pasado por momentos en que no es momento de defenderse, ni siquiera de esperar en las promesas de Dios, sino de saber estar de pie. Si uno, por ejemplo, algo sencillo de la importancia de cómo afrontar una situación adversa.

miércoles, 10 de julio de 2013

Hay un tiempo para todo. Espera el momento correcto y esfuérzate para recibir tu bendición


 
Todo en la vida tiene un momento. Hay tiempo para ir a la maternidad de un hospital a felicitar por el nacimiento de un bebé y también hay tiempo para ir a un funeral. Hay momento para hablaebé, con berrinches. La juventud también es hermosa y hay que aprovecharla porque pasa, y viene la edar y también para callar1. Quien sabe reconocer el tiempo correcto, sabe disfrutar las bendiciones que el Señor le regala. La niñez es un tiempo hermoso. Incluso es lindo revivirla con nuestros hijos, pero con los años, la superamos para llegar a la juventud. Por eso es desagradable ver a un adolescente comportándose como bd adulta que también debemos aprender a disfrutar. Aceptar que todo tiene un tiempo nos da paz y buena disposición para disfrutar lo hermoso de cada momento.
personas quieren adelantarse y otras se retrasan, por eso, debemos estar atentos para que no nos suceda. ¿Cómo podemos reconocer los tiempos de Dios? Debemos mantenernos alertas, como al hornear un pastel, si lo sacamos antes del horno, la masa quedará cruda, pero si lo sacamos después del tiempo, se quemará. Así que hay que estar atentos al reloj, a lo que podemos ver a través del vidrio del horno. Sioportuno estás esperando con atención, seguro de que la bendición vendrá, reconocerás el momento .

lunes, 8 de julio de 2013

¿Cuál era el aguijón en la carne de Pablo?


Respuesta: Se han ofrecido incontables explicaciones concernientes a la naturaleza del aguijón de Pablo en la carne. Éstas van del rango desde una tentación incesante, inflexibles oponentes, enfermedades crónicas (tales como problemas oculares (Gálatas 4:15), malaria, migrañas y epilepsia), hasta inhabilidad para hablar. Nadie puede decir con seguridad que es lo que era, pero es probable que fuera una afección física.
Lo que sí sabemos acerca de este aguijón en la carne, proviene del mismo Pablo en 2 Corintios 12:7 “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera.”
Primeramente, su propósito era el de mantener a Pablo en humildad. Cualquiera que haya tenido un encuentro con Jesús y le haya hablado y haya sido comisionado por Él (Hechos 9:2-8) podría, en su estado natural, volverse “ engreído” por este increíble encuentro. Aumenta a eso la experiencia que tuvo de ser movido por el Espíritu Santo para escribir las palabras exactas de mucho del Nuevo Testamento, y es fácil ver cómo podría haberse vuelto “altivo” o “exaltarse demasiado” o “demasiado orgulloso”.
Segundo, sabemos que la aflicción vino de o mediante un mensajero de Satanás. Así como Dios permitió que Satanás atormentara a Job (Job 1:1-12), Dios permitió a Satanás atormentar a Pablo para los propios buenos propósitos de Dios y siempre dentro de Su perfecta voluntad.
Es entendible que Pablo considerara a este aguijón un obstáculo para un ministerio más amplio y efectivo (Gálatas 5:14-16) y que hubiera pedido tres veces a Dios que se lo quitara (2 Corintios 12:8). Pero él aprendió de esta experiencia la lección que domina esta carta: el poder divino se muestra más intensamente sobre el trasfondo de la debilidad humana (2 Corintios 4:7) para que la alabanza sea solo de Dios (2 Corintios 10:17).
En vez de quitarle el problema, Dios le dio la gracia y la fortaleza en él y a través de él, declarándole que Su gracia sería “suficiente.”