El mayor error que puedes cometer es tener miedo a cometer errores.
Es trágico cuando el éxito se te sube a la cabeza, pero es peor aún cuando se te mete en ella el sentimiento de ser un fracasado.
Larry Anderson, ex-jugador del equipo de baloncesto de San Diego Padres,solía decir: “Si no tienes éxito al principio, tal vez vas a fracasar. Posiblemente esto te haga sonreír, pero muchos de nosotros, temiendo al fracaso, nos aferramos a cualquier cosa con la que nos sintamos cómodos, incluso aunque ésta no funcione.
Si bien no lo expresamos con tantas palabras, nuestra actitud es: No mires, no sea que veas, no escuches, no sea que te enteres, no pienses, no sea que aprendas, no tomes una decisión, no sea que te equivoques, no camines, pues podrías tropezar, no corras; te puedes caer, no vivas; te puedes morir, no cambies; ¡podrías crecer!
En los años 1940, el 80% de los relojes de pulsera se fabricaban en Suiza. A finales de los años 50, el reloj digital fue presentado a los suizos, pero lo rechazaron porque ya tenían los mejores relojes y los mejores relojeros. Entonces, el hombre que desarrolló la idea se la vendió a Seiko... y lo demás ¡ya es historia! En 1940, las compañías de relojes suizas empleaban a unas ochenta mil personas. Hoy, emplean a dieciocho mil. En 1940, fabricaban el 80% de todos los relojes del mercado, hoy, el 20%, ¡y la mayoría son digitales! Esta historia demuestra lo que ocurre cuando una organización o un individuo decide morir antes que
cambiar.
Ora hoy: “Señor, que esté siempre abierto al cambio.”cambiar.
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