Por Clint Archer
Jacobus Arminius enseñó que la gracia salvadora de Dios podía ser resistida por un ejercicio de la libre voluntad de la persona a la que Dios extendió su gracia. Lo que la Biblia enseña, por el contrario (y los seguidores de lo que Juan Calvino articularon en el "I" del acróstico TULIP), es que cuando la gracia invencible de Dios envía a su Hijo a morir por un pecador y su Espíritu para salvar esa alma, la misión de redención sin duda será cumplida. La gracia de Dios es, por tanto irresistible.
Esta es la parte de buena noticia del calvinismo. Se trata de cómo Dios gana cuando él está en contra de la depravación total. ¿Cómo Dios puede salvar a alguien si sus corazones no están dispuestos a venir, ni es capaz de entender, o está en condiciones de responder? Respuesta: la gracia imparable de Dios cambia el corazón, la mente, la voluntad y los deseos. Su gracia le da un nuevo corazón, una nueva voluntad, y una nueva vida. Como en …
Ezequiel 36: 26-27 26 ‘Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 27 ‘Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas.
La doctrina de la Gracia Irresistible es una joya brillante entre los pétalos del tulipán. Realmente es una gloriosa verdad: que nada puede interponerse en el camino del amor todopoderoso de Dios, ni siquiera el propio pecador. ¿Que es lo que no gusta de esta maravillosa enseñanza? Me resulta simplemente irresistible {Inserte coros: “Ella es tan fina, no se sabe dónde fue el dinero …” No estoy seguro de lo que Robert Palmer quería decir con eso}
Pero no aceptamos doctrinas simplemente porque nos dan la cosquilleos o vienen con melodías pegadizas, necesitamos poner a prueba nuestra afirmación sobre la piedra inquebrantable de la propia palabra de Dios. Así que aquí está una prueba:
Rom 8:30-33 30 y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó.31 Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? 32 El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con El todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario