|
¡Qué privilegio el de Adán y Eva!, pensamos, ¿verdad?, Claro que sí,
ver a Dios, tocarlo, estrechar sus manos, abrazarlo, andar con El…hablar
con Él, en fin tantas cosas que suenan muchas veces hasta de fantasía,
pero no, esta experiencia era una realidad. Desde el momento en que este
mundo fue creado, Dios siempre fue el Dios comunicador, el Dios que no
se contentaba en ver desde el cielo a sus criaturas, o el “gerente o
jefe” que delega una responsabilidad y viene después de un tiempo solo a
pedir informes que estén relacionados a “productividad”. Por ello me
animo a preguntarte, ¿Quién es Dios para ti?. ¡Si!, esta pregunta es
para Ud. que es un joven con expectativas en la iglesia o para Ud. que
es un Padre de familia interesado en el bienestar de su familia o para
Ud. que es un líder de iglesia que debe distribuir tu tiempo entre el
trabajo, su familia y la iglesia.
Pero, empecemos por una premisa, si queremos saber de Dios no hay
otra fuente que Su Palabra, la Santa Biblia. En Génesis 1:3 presenta una
expresión extraordinaria: “Y dijo Dios…” esta expresión la encontramos
ubicada después de la descripción de la realidad de la tierra: desorden,
vacío, caos y otras conclusiones que podemos comentar. Lo cierto de
todo es que en medio de esta realidad la Biblia declara: “Y Dios dijo…”,
repitiéndose constantemente esta expresión en el primer capítulo de
Génesis y por consiguiente en todo el contenido bíblico.“Y dijo Dios…” cuán importante y de tanta proyección es esta expresión. Este mundo perfecto fue creado por el poder de la Palabra de Dios, tú y yo somos el resultado de la Palabra de Dios. Las primeras palabras que fueron escuchadas por Adán y Eva fueron la voz del Creador y aunque por la intromisión del pecado, esa voz aun tu y yo la podemos escuchar por medio del estudio su Palabra y la seguridad del Espíritu Santo en nuestra vida.
Las cosas en el Jardín del Edén cambiaron, pero el Dios comunicador no cambió. El continuó hablando a sus criaturas de diversas maneras, pero llegado el tiempo este Dios se presentó en toda su dimensión por medio de su hijo, nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo debemos considerar un detalle importante, para que el proceso de la comunicación sea completo Dios se despojó de todo, asumió nuestra naturaleza, dejó la Gloria de su Reino y vino a vivir en medio de nosotros y lo hizo solo para comunicarnos que existe esperanza.
Sin embargo hay una gran verdad que no podemos ponerla de lado. Si bien es cierto que somos “privilegiados” por escuchar la voz de Dios cada día en nuestra vida, también debemos ser conscientes que el privilegio viene acompañado de responsabilidad. La experiencia de Gadara lo resume: “…cuéntales cuan grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y como ha tenido misericordia de ti” (Marcos 5:19 up). En otras palabras: habla, anuncia, no puedes quedar callado, no puedes estar en silencio. Tu y yo somos la “Voz” de Dios para este mundo, es un imperativo divino compartir el amor de Dios con otras personas. Pero para llegar a las personas solo existe un camino y este es el ejemplo de Jesús, y la sierva de Dios nos da la respuesta: “Únicamente el método de Cristo dará verdadero éxito para alcanzar a la gente. El Salvador se mezclaba con los hombres como alguien que deseaba su bien. Les manifestaba simpatía, atendía a sus necesidades, y ganaba su confianza. Luego los invitaba así: Sígueme.’” OE, 376.
No hay otra alternativa, debemos ir donde las personas están, no podemos esperar que las personas venga en donde nosotros estamos, pero esto involucra despojarnos de nuestros prejuicios, temores y hasta de nuestro nivel de “comodidad” que cada sábado experimentamos. Cuando esto suceda podremos ser testigos de las maravillas que Dios tiene reservado para cada uno de nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario