Así que tenemos que despertar, no importa si está con ganas o no, usted sabe que necesita buscar a Dios, orar, leer la Biblia, entonces hágalo.
Es como el alimento físico, a veces no sentimos hambre, pero si llega el momento de comer comemos, ¿por qué? Porque sabemos la necesidad que nuestro cuerpo tiene de alimentarse para estar de pie, para no enfermar, entonces comemos aun sin tener ganas, ya quien no come, muere.
Pues bien, el espíritu es lo mismo, si no alimenta su espíritu queda débil y enferma, espiritualmente hablando, y comienzan los síntomas: desánimo, duda, acomodación, tristeza, angustia, ansiedad, hasta que llega la muerte espiritual.
Así que si usted tiene ese cuidado con su cuerpo que un día perecerá, imagine el cuidado que debe tener con su alma que vivirá para siempre.
Entonces, no haga lo que tenga ganas de hacer, haga lo que tiene que ser hecho, lo que es bueno para su fe y así tendrás vida.
Quien vive por lo que siente es insensato, quien vive por la fe es inteligente.
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