Por alguna razón que solo conoce el Señor, desde el domingo he estado inquietada a escribir acerca de esto. Estas palabras van dedicadas a esas personas que por alguna razón están dejándose de congregar en sus respectivas iglesias o que últimamente se han sentido incómodas y han estado reconsiderando cambiarse…
El lugar en que estás es el lugar donde Dios te ha llevado y te ha plantado para que seas de bendición. No fue ningún hombre el que te dirigió allí, fue Dios que en su magnificencia le plació colocarte allí para que seas instrumento útil en sus manos. Esto, muy independientemente de que se levanten muchas veces los “Sanbalat” y los “Tobías” a tratar de destruir la obra y el propósito de Dios para tu vida. Eso va más allá de que aún te lastimen o no te comprendan las personas que tú menos imaginas.
Quedarte en tu casa no es la solución, salir corriendo o huyendo a otro lugar fuera de la voluntad de Dios tampoco es la alternativa correcta. Eso solo sería un atajo o mala dirección que solo te apartará del camino y hará el viaje más largo.
Cuando uno trata de dar un paso aligerado sin contar con la aprobación de Dios puede desviarse del plan que él ha trazado. Y esto muchas veces se hace sin siquiera percatarnos, hasta que abrimos los ojos y vemos que las cosas no eran como pensábamos o creíamos. Por eso no retrocedas todo lo que has avanzado. Ten paciencia, Jehová habrá de pelear la batalla. Él es tu escudo y el que levanta tu cabeza. ¡No temas, ni desmayes! Tampoco permitas que el enemigo tome ventaja de tu tristeza o de este momento de confusión para apartarte de los caminos de tu Creador. Actúa con serenidad, sabiduría e inteligencia. Dios te ha capacitado para que puedas tomar buenas decisiones y tú conoces como él trata directamente con tu vida y con tú corazón. No tomes decisiones precipitadas ni por impulsos, ni por disgustos. Actúa con cordura y madurez y aunque sea difícil obedece lo que sabes que Dios habla a tu vida. Perturbado ni adolorido se pueden tomar las mejores decisiones.
Sé que es duro sentir muchas veces el rechazo, la hipocresía o que en el momento que mas has necesitado que alguien te extienda la mano, te dejen caer y muchas veces ni cuentan se dan. Pero al mismo Jesucristo en sus horas en el huerto del Getsemanie, sus propios discípulos no pudieron apoyarlo con la oración. Sin embargo el amor de Dios hacia ellos no disminuyó, el cumplió su misión hasta el último paso. El que no sientas el cariño de la gente, no significa que no cuentes con el amor de la persona que es más importante, Dios. Si cuentas con la aprobación de él, lo demás sobra. Si cuentas con que Dios te respalde aunque todos los demás te dejen solo o sola y sea un poco difícil, saldrás adelante, porque contigo anda el Capitán de capitanes. No amigo, no te alejes del redil, Dios es tu fortaleza y sustento. Junto con la prueba también vendrá la salida.
En obediencia a Dios hoy redacto estas palabras. He librado mi responsabilidad. No puedes presentar la excusa de que nadie nunca te dijo nada. Dios es muy directo y muy personal.
Él trabaja de maneras diferentes con cada uno de nosotros y cuando uno intima con él uno aprende a discernir su voz y a obedecerle.
Autora: Brendaliz Avilés
No hay comentarios:
Publicar un comentario