Te perdiste, oh Israel, más en mí está tu ayuda. (Oseas 13:9)
La tribu de Efraín había realizado grandes proezas agradables delante de Dios, pero en este momento Dios les dice que se habían perdido.
No importa las grandes cosas que podamos haber hecho en el pasado, esto no garantizara nuestro futuro con el señor, solo por medio de congregarnos continuamente con el Señor es que podremos mantener el regalo más preciado de su salvación.
El pasaje nos da una clave muy interesante y es que le llama Israel a la tribu pecadora, todos recordamos que este nombre viene de un hombre que antes de tener una comunión más íntima con Dios se llamaba Jacob (el hombre pecador), pero luego de un encuentro personal con Dios, no tan solo cambio su vida sino más bien hasta su nombre a Israel (el hijo renovado y salvado de Dios).
Dios es el alfarero que aun el barro que utilizo para hacer una vasija que parecía ser inservible la usara y le dará una mejor forma antes de despréciala o echarla al vertedero.
Israel es el príncipe de Dios, como cristianos y mediante la fe por eso somos nación santa, pueblo adquirido por Dios, real sacerdocio en Dios. Dios nunca desechara un corazón contristo y humillado además de que abogado tenemos para con el Padre quien es Cristo Jesús.
Hoy somos el barro de Dios y quiero decirte que para cualquier metida de pata que hoy podamos dar en contra de su nombre, ya Él está fabricando misericordias nuevas para perdonarnos mientras además El continua llamándonos hijos e hijas de Él.
"Perla de Dios"
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