Foto: Pawel
Pawel era un adolescente que vivía en Varsovia y formaba parte de un violento grupo de ideología neonazi. Hoy estudia la Torá en una sinagoga ortodoxa y es padre de familia, casado con dos hijos. Todo cambió cuando supo que su familia tenía raíces judías. La crisis de identidad le llevó a rehacer su vida de forma radical.
Desde los doce años, Pawel pertenecía a un grupo neonazi. Cabezas rapadas y violencia callejera iban acompañadas de filosofías cimentadas en el odio a los judíos, a los que consideraba culpables de todos los males de Polonia.
El sorprendente giro, una caída del caballo de Saulo, comenzó cuando su entonces todavía novia le mostró una serie de documentos que demostraban que sus familias poseían raíces judías que se remontaban hasta diez siglos.
Tras la noticia, la crisis de identidad. Pawell, según relata CNN, pasó por todos los estadios, desde la ira a la incredulidad. Fue un tiempo extraño, dice, en el que tuvo que dejar de odiarse a sí mismo. «Me miraba al espejo y me odiaba: veía a un judío», relata.
El principio del final de su desgarro interior tuvo lugar cuando pidió ayuda al rabino Michael Schudrich. Fue él quien le enseñó el camino para aceptarse a sí mismo y quien le introdujo en los laberintos de la religión que había odiado durante años. Si aprueba sus estudios, Pawel trabajará como carnicero según los preceptos kosher.
Fuente: CongregacionesUnidas
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