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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Ezaquiel y el carro divino- Artículo de estudio de C. Marcelo Pesaresi


AL JAZIRAH, Siria, al oeste de Irak, probable lugar donde tuvo la visión de Ezequiel
Para ver mejor, abra el mapa y busque tres círculos que señalizan el posible río que la Biblia llama Quebar.


LA VISIÓN


De pronto, en la Mesopotamia donde converge Asia Menor con la Mayor, un hombre llamado Ezequiel

Esta “cosa” –como de metal refulgente- que se aproxima es luminosa, ruidosa, arroja relámpagos y tiene sobre sí, como un tinglado abovedado parecido al cristal. Recordemos que en esos días el cristal –no confundirse con el vidrio que es otra cosa- se lo podía encontrar en estado puro y se veía como roca traslúcida de color blanco.

Lo que ve el testigo, no solo lo deja en un estado de shock, sino que además, alguien que habla desde el portento, le ordena realizar una serie de tareas cuyo éxito parecería al menos desde el punto de vista del enviado, no poseer garantías de éxito.¿No les parece fantástico el relato? Lo es, como todas las cosas de Dios.

Si hoy en día alguna persona viera algo así, y más tarde comentara a otros su experiencia, se lo tomaría por loco. Y si a lo narrado le añade la información que fue encomendado para una misión entre las gentes de un pueblo, se lo llamaría contactado.

Tampoco sería raro que el observador declarara, influenciado por la mitología moderna, que vio un ovni con sus ocupantes; alienígenos en misión pacifista sobre la tierra. Los investigadores ufológicos podrían catalogar, ya varios de ellos lo han hecho, este caso como uno más de la casuística ovni. Sin embargo, en este breve post preferiremos tratar el pasaje desde un punto de vista interpretativo basado en las Escrituras.

Contexto

Es posible que esta visión tuviera lugar entre los once años que median desde el comienzo de su cautividad hasta la definitiva caída de Jerusalén en manos de las tropas de Babilonia, cuyas ruinas se pueden observar hoy en día en Irak.

Fue uno de los muchos sobrevivientes de la invasión de su patria, capturado y llevado al destierro por orden del poderoso monarca Nabucodonosor II. Con esta política los semitas invasores tanto Asirios primeros y Babilonios más tarde, se aseguraban que los pueblos sometidos dejaran de ser incordiosos a sus políticas expansionistas.
El reino norte de Israel había sido destruído más de 100 años y ahora le tocaba el turno al reino del sur o Judá, destrucción que fue llevada a cabo por etapas.Entre los cautivos, había algunos "del linaje de los príncipes" (Dan. 1: 3; cf. 2 Rey. 24: 1).

El rey Joacín fue llevado cautivo a Babilonia con 10.000 de sus principales colaboradores, incluso Ezequiel (2 Rey. 24:1216; Eze. 1: 1-2; 33: 21). Esto fue once años antes de la destrucción definitiva de Judá. Lo sucedió su hijo Sedequías quien no pudo salvar al reino. Finalmente, en el 11. º Año de su reinado (586 a. C.) cayó finalmente Judá (2 Rey. 25: 1-11) y los judíos ya no regresarían a Palestina, hasta los tiempos en que los Persas dominaron la Mesopotamia.

El templo fue quemado, Jerusalén destruida, las edificaciones principales demolidas lo mismo que las murallas. Sólo "los pobres de la tierra" fueron dejados para que labrasen las viñas y la tierra (2 Rey. 25: 12) bajo el cuidado de pueblos extranjeros que oficiaron de capataces.

El primer encuentro con lo divino, Ezequiel lo tuvo a orillas de un río que la Biblia llama Quebar pero que hoy se encuentrasin identificar; no obstante, algunos eruditos bíblicos basados en textos y narrativas tradicionales hebreas, especulan si podría tratarse del moderno río Khabur, tributario del Eufrates, ubicado en la actual Siria, adonde varios cientos de judíos habían sido llevados para realizar seguramente, obras civiles y de agricultura. Entre los hebreos se mantiene la tradición que fue en las riberas de este curso de agua, donde fueron alojados los deportados de Palestina.

(Dios fortalecerá) observa venir, a lo lejos desparramando vientos muy fuertes, una nube gigantesca rodeada de fuego fulgurante y adentro, ruedas extrañas y cuatro seres sobre ellas, de cuatro alas y cuatro rostros que se movían de acá para allá en línea recta a la “velocidad de un rayo”.
Río Khabur, este de Siria, en la actualidad
Foto Wikipedia

El trabajo encomendando a Ezequiel no fue nada sencillo: Profetizar y amonestar. Ni más ni menos, tarea que cumplió fielmente durante unos 22 años de su vida. Otro detalle para recordar, es que este jóven judío fue contemporáneo de otros grandes de la fe de esos días, como Jeremías, Daniel y Esdras. En concreto, Dios tenía mucha gente trabajando para Él, durante esos años tan difíciles para los israelitas, un pueblo desterrado, dice la Biblia, por idólatra y rebelde a los mandatos de Dios.

Lo visto

¿Qué vio exactamente Ezequiel? Más allá de lo que la misma Biblia declara, sería imprudente afirmar. En concreto, lo que se puede describir en palabras con el tiempo, se torna difícil de interpretar.

Ezequiel hizo lo que pudo para narrar que vio. Sin embargo, este esfuerzo parece ser insuficiente. En la actualidad la visión a motivado toda suerte de interpretaciones. Por ejemplo: en 1976 el controversial suizo Erich Von Daniken, con su particular visión de sertes extraterrestres interviniendo en nuestras culturas, presentaba en su libro El Mensaje de los Dioses, p.p., 39-46, las curiosas deducciones del ingeniero Josef F. Blumrich (1913-2002) quien por entonces era nada menos que el jefe del Departamento de Investigacion de Proyectos de la NASA (Chief of NASA's Advanced Structural Development Branch) en Huntsville, Alabama. (George C. Marshall Space Flight Center, MSFC, en inglés) (Ver Von Daniken; Erich: El mensaje de los Dioses; Ediciones El Caballito S.R.L.; Buenos Aires, Argentina, 1979; p.p 39,46).

Josef F. Blumrich al final de sus días

 Blumrich, un austríaco competente y católico pero no practicante, no era un advenedizo haciendo elucubraciones por que si. Se trataba de un ingeniero respetado que había tomado la visión de Ezequiel muy en serio. Tal es así que por años, se dedicó a estudiar lo relatado por las Escrituras a instancias de uno de sus hijos, a fin de poder reproducir bosquejos de lo visto.

Boceto de la “nave” de Ezequiel realizado por Blumrich

Según sus cálculos, lo visto por Ezequiel se podría catalogar como un tipo de aeronave: “en calidad de ingeniero y con total independencia de la narración, podemos planear y reconstruir un aparato volante de características similares” y agregó: “He llegado a la conclusión de que las dimensiones de la nave espacial (subrayado es mío) de Ezequiel son absolutamente verosímiles” (El Mensaje de los Dioses, p.43).

Bosquejo de las “ruedas multidireccionales” de Ezequiel realizado por Blumrich

Es una pena que ningún teólogo de prestigio de la época visitara a Blumrich para entrevistarlo desde el punto de vista de nuestras creencias evangélicas. Sin duda, su aporte es importante pero concluyente.

Este Merkavá o carro divino, se movía sobre ruedas. Ezequiel, no conociendo ninguna forma de propulsión que no sea a sangre animal o humana, no le quedara opción de afirmar que el “espíritu” de Dios movilizaba lo que veía. Sin duda, las ruedas se impulsaban como lo haría cualquier vehículo de nuestros días, sin tracción animal. De ahí el desconcierto del testigo

En cuanto a la apareciencia de los Querubines, no deberíamos asumir a la ligera que son tal como se los describe en la realidad. Siendo espíritus bien que pueden tomar la forma que se les antoje. Que aparecieran con cuatro alas y rostros humanos y de animales encaja perfectamente con la iconografía de la época, profusa en esculturas y pinturas de genios de cuatro alas. Estas representanciones hoy se pueden ver en museos especializados en arqueología mesopotámica como el de Londres por ejemplo.

¿Por qué Dios se aparecería así a Ezequiel?

Parte del texto dice: “Por encima de esa bóveda había algo semejante a un trono de zafiro, y sobre lo que parecía un trono había una figura de aspecto humano.27 De lo que parecía ser su cintura para arriba, vi algo que brillaba como el metal bruñido, rodeado de fuego. De su cintura para abajo, vi algo semejante al fuego, y un resplandor a su alrededor.28 El resplandor era semejante al del arco iris cuando aparece en las nubes en un día de lluvia. Tal era el aspecto de la gloria del Señor. Ante esa visión, caí rostro en tierra y oí que una voz me hablaba”. (Ezequiel 1:26-28)(NVI)

Debemos recordar que Dios puede presentarse a sus criaturas en un “formato” que la mente del hombre no solo pudiera entender que veía algo divino sino también, de un modo que se pudiera describir con las palabras del rudimentario idioma hebreo, que por entonces carecía de vocales.

El texto da a entender que la visión se realizó tomando figuras u objetos que la mente humana con los conocimientos de la época, pudiera asimilar el prodigio, aunque de ningún modo despojado de elementos que tienen que ver con lo divino.

En esos días eran comunes los carros, pero no existía ninguno que se moviera por si solo. Había grandes representaciones de animales alados, figuras de genios tutelares en palacios, templos y murallas, pero ninguno se desplazaba "a velocidad del rayo". Era obras de arte que no poseían vida alguna.

Dios aparece sentado como en un trono, a semejanza de los monarcas de esos tiempos, pero con características divinas tales como relumbre y majestuosidad difícil de describir. Finalmente, la comunicación entre la deidad y su criatura, se realiza en lenguaje humano.
Genio alado, palacio de Dur-Sharrukin, Khorsabad.
Obsérvese las cuatro alas.
Foto Wikipedia
Monarca asirio acompañado por un genio de cuatro alas

Conclusión

La Biblia narra una observación de seres, en en libro de Ezequiel, cuya presencia tiene intenciones proféticas; la visión, en sentido teológico es algo que se ve con la vista en sentido literal de carácter prodigioso, inexplicable o portentoso. Se las puede dividir entre místicas y proféticas.

En el caso que tratamos, enrola en la profecía, que consiste en un vaticinar de eventos futuros, predichos en lenguaje simbólico entremezclado con literalidad, correspondiéndole al interpretador deducir, más tarde, que es realidad y que no.

Por lo tanto, se puede especular por fuera de las Escrituras toda suerte de interpretaciones, pero lo visto por Ezequiel desde lo teológico, fue una visión de la Deidad que se le presentó en un modo que su mente a través de los sentidos, pudiera entender que lo observado, era de parte de Dios y con un propósito especifico.

Sabemos que es Dios quien se manifiesta en el relato, por lo que afirman los versículos siguientes. Dios tenía para este hombre, mucho trabajo que realizar. En este caso, profetizar y servír de guía espiritual de su pueblo, en tiempos de exilio y cautividad.

(c) Marcelo Pesaresi

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