Apóstol Mateo. (Hendrick ter Brugghen. S.XVII. Museo Histórico de Deventer. Holanda)
" Al irse de ahí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, cobrador de impuestos, sentado ante su mesa, y le dijo: "Ven". Mateo, levantándose, lo siguió".
JESÚS LLAMA A UN PUBLICANO
Al llamar a Mateo, Cristo agrega un publicano al grupo de sus discípulos. Los publicanos tenían mala reputación, eran mirados por los judíos fervientes como pecadores públicos con quienes habrían que evitar todo trato. Jesús no está de acuerdo con este prejuicio y no duda en llamar al corazón generoso de un publicano para atraerlo en su seguimiento. Esto revela la libertad absoluta de la elección divina de una vocación. ¡Dios no juzga como los hombres! Llama aún a individuos que parecen indignos. Escoge al que quiere, sin tener en cuenta las apreciaciones humanas.
EN EL MOMENTO QUERIDO POR DIOS
Su vocación puede llegar en el momento menos pensado. Mateo
está sentado ante su mesa, donde recibe el pago de los
impuestos. Aparentemente no piensa sino en cumplir bien su
oficio y en sacarle jugo. No pudo prever el paso inesperado de
Cristo que iba a cambiar su vida.
Con esto Dios muestra su soberanía en el llamado: no solamente
llama a quién quiere, sino llama cuando quiere. Bajo este punto
de vista se puede comparar el momento de la vocación al de la
muerte. El Señor, por la muerte llama a cada hombre al más allá,
en el instante que ha fijado, y que varía de individuo a individuo.
Igualmente varía el momento de la vocación. A menudo el
llamado se dirige en los años de la juventud, aunque algunos
llamados mas tarde, hasta en una edad muy avanzada.
VIDA TRANSFORMADA
Al decir "Ven". Cristo, desbarata la vida de Mateo. Hasta ese
momento había sido una vida tranquila, cómoda, la vida de un
hombre sentado en su despacho. Mas de pronto es arrojado a
una aventura. Felizmente Mateo acepta de inmediato. Consiente
en cambiar de vida. El Santo Evangelio señala muy bien el
contraste: "levantándose le siguió". El que antes permanecía
sentado se levanta y acompaña a Jesús en los caminos. Desde
ahora Mateo no tendrá la vida cómoda que llevaba. Compartirá
los riesgos, peligros e incomodidades de la vida de Cristo.
Así la vocación transforma una vida. El Maestro no teme
descomponer los hábitos de comodidad a fin de llamar a una
vida mas alta, mas grande. El lugar del oficio de cobrador de
impuestos, asigna a Mateo la misión de apóstol. A todos los que
hace llegar su llamado: "sígueme", les pide "que se levanten"
para un trabajo atrevido y una intensa abnegación apostólica.
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