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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

domingo, 1 de diciembre de 2013

UNA TEMPORADA DE ACERCAMIENTO

Por José González
“Allegaos a Dios, y el se allegara a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros de doble animo, purificad los corazones.” “Santiago 4: 8.).
“Acércate,’ dijo suavemente.
Nos acercamos a El y El se acerca a nosotros, ‘más algunas cosas se aflojan” (algunas) actitudes cambian.
No es un grito, una luz brillante o un ángel  en su esplendor, solamente una voz suave y profunda, muy profunda en el interior.
Es tiempo de matar y decapitar a Goliat. Probablemente hemos matado a nuestros osos y arrancado la quijada del león. Probablemente hemos cantado los cantos y los salmos de David. Nos hemos regocijado y hemos vivido en cierta dimensión de bendición y de victoria. No obstante, se que hay gigantes que todavía están rodeando, burlando y retando a algunos corazones. Raíces de amargura,  envidia, lascivia y contienda extendiendo sus horribles retoños y ahogando la espiritualidad de nuestros corazones y servicios. Porque el conducto esta parcialmente tapado, el espíritu chispea y no fluye. La gloria gotea en lugar de salir como torrente de bendición para nosotros y nuestra familia. La adoración se seca. La convicción se erosiona. Quitamos nuestros ojos del maestro y lo ponemos en nosotros y en nuestros problemas. Nos distraemos, nos sentimos confundidos, desorientados y perdidos. Fríos, o hasta peor, nos convertimos en tibios. Nos escondemos con los hermanos de Saúl y David y el resto del ejército mientras Goliat se burla.
¿Dónde están los milagros? ¿Dónde están las oraciones contestadas? ¿Dónde esta la gloria? ¿No hay uno que salga y me enfrente? Dice el enemigo.
Hermano(as) no reacciona a la burla del enemigo, nosotros respondemos a la invitación de Dios. Su convocatoria ha sido enviada, la puerta del tabernáculo esta abierta y la cortina del lugar santísimo ha sido movida. Es nuestra temporada de acercarnos y entrar a una dimensión nunca antes experimentada en nuestro caminar.
AHORA
Preparemos nuestros corazones y cuerpos.
Tornemos  “nuestro rostro hacia Jerusalén”.
Preparemos  “el  silicio y las cenizas”.
Que los ministros lloren entre la puerta y el altar.
Que la iglesia, “si la iglesia” se arrepienta delante del Señor.
Finalmente, estaré extremadamente animado si muchos me informan que sienten el llamamiento de Dios a unirse a esta temporada de acercamiento; y están exactamente correctos. Yo soy solamente el mensajero, el que les entrega la invitación. Es Dios quien llama y diciendo; “Si ustedes vienen, Yo seré fiel a mi palabra".
Nunca volveremos a ser los mismos. Nunca.  O SEñOR, ¡MUESTRANOS TU GLORIA!



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