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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

lunes, 6 de diciembre de 2010

CUANDO LAS EMOCIONES SON MÁS FUERTES QUE LA RAZÓN Y EL AMOR HACIA DIOS

No cabe duda que mientras estemos en esta tierra estamos sujetos a las pasiones. Nuestra carne busca alimentar las cosas efímeras y materiales.
Pero tenemos que tener mucho cuidado cuando nuestras emociones nos convierten en personas volubles.
Tenemos que estar conscientes de que si nos dejamos llevar por los sentimientos en todo momento seremos como veleta u hoja que lleva el viento hacia cualquier parte.

Una historia que llama mi atención de manera relevante es la de Sansón. Es ver cómo un gran hombre de Dios pierde un futuro brillante por vivir sujeto a sus deseos y a sus pasiones momentáneas. El libro de Jueces, capítulo 16:15-20 relata lo siguiente: “Y ella le dijo: ¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto aún en qué consiste tu gran fuerza. Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres.
Viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los principales de los filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los principales de los filisteos vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero. Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre, quien le rapó las siete guedejas de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su fuerza se apartó de él. Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él.

Sinceramente yo me pregunto cómo es posible que Sansón no se diera cuenta de que Dalila lo estaba engañando. Cómo fue que no analizo que “casualmente” cada vez que ella le preguntaba de dónde provenía su fuerza y él le decía una mentira, llegaban los filisteos a atacarlo. ¿Hasta qué punto el amor hacia esa mujer lo había enajenado de la realidad? Dalila era una mujer muy astuta, tenía sus mañas, no fue en vano que aquellos filisteos la habían contratado para que lograra “desarmar” al fuerte Sansón. Algo me dice que a Sansón en esos momentos le faltaba comunión con Dios. ¿Por qué cómo te explicas que no pudiera darse cuenta de lo que estaba pasando? Él descubrió su gran secreto, desarmo su corazón a una enemiga que él pensaba que lo amaba. ¡Cuán engañoso es nuestro corazón! Así como Dalila fue persistente, el enemigo es constante y persistente. Él vigila cualquier oportunidad para tratar de arrebatarnos aquellas cosas hermosas que Dios ha depositado en nuestras vidas. Se presenta a nuestras vidas de manera engañosa y sutil. Busca algo que llame nuestra atención y lo coloca en bandeja de plata.

¡Qué tristeza tan grande me da! Pensar que un héroe que pudo haber marcado de forma más grande y más positiva la historia, queda ciego, es escarnecido y burlado. Y termina muriendo junto con sus enemigos. Pudo haber muerto lleno de canas, de hijos, de muchas más grandes historias de fe. Pudo haber realizado muchas más grandes proezas si tan solo hubiera cuidado su corazón y no hubiera revelado su gran secreto a la persona equivocada. Pero Dios es tan grande que no nos oculta la historia de estos grandes hombres que existieron. Nos cuenta sus victorias y sus derrotas, para que conozcamos a lo que estamos expuestos y evitemos caer en la trampa. Hay momentos en que es mejor correr. No por cobardía sino por precaución.

Por eso querido lector, ten cuidado por la senda en que andas. No te vaya a pasar como a Sansón que ni cuenta se había dado de que el espíritu de Jehová se había apartado de él. El chico o la chica pueden lucir muy apuestos, pero tal vez, no sea la persona que Dios tiene para ti. Aquella oferta parece tentadora, pero te puede apartar de un plan mucho mejor. Es posible que aquello que parezca una puerta sea una gran trampa. Por eso es necesario que tengas una vida devocional con Dios. Que no te apartes ni a derecha ni a izquierda. Porque en esta vida puedes tratar de engañar a mucha gente, pero a Dios jamás. Porque puedes pensar que nadie te ve, pero a tu conciencia no la puedes callar. Dios nos ha dado sabiduría y es para que la utilicemos bien.

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