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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

jueves, 18 de noviembre de 2010

LA PRUEBA DE MIS INTERESES

“Si vas a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si a la mano derecha, yo iré a la izquierda”
(Génesis 13: 9)
Tan pronto comienzas a vivir la vida de fe en Dios, se abrirá delante de ti posibilidades fascinantes y gratificantes, las cuales son tuyas por derecho propio. Pero si estás viviendo la vida de fe, ejercitarás tu derecho a renunciar a tus derechos y dejarás que Dios elija por ti. A veces Él permite que entres a un lugar de prueba, donde lo correcto sería que tomaras en cuenta tu bienestar personal, sino vivieras la vida de fe. Pero si la estás viviendo, renunciarás con gozo a tus derechos y dejarás que Dios escoja por ti. Esta es la disciplina que Él usa para transformar lo natural en espiritual, por medio de la obediencia a su voz.
Siempre que mis derechos se convierten en la guía de mi vida, la percepción espiritual se adormece. El más grande enemigo de la vida de fe en Dios no es el pecado, sino las buenas elecciones que no son las mejores. Lo bueno siempre es enemigo de lo mejor. Al leer el pasaje de Génesis, parecería que lo más sabio de este mundo era que Abraham escogiera, pues era su derecho. Y la gente a su alrededor lo habría considerado un tonto por no hacerlo.
Muchos de nosotros nos estancamos espiritualmente porque preferimos elegir sobre la base de nuestros derechos, en lugar de confiar en la elección de Dios para nosotros. Debemos aprender a caminar de acuerdo con la norma de poner la mirada en Dios, y Él nos dice, como le dijo a Abram: “…Anda delante de mí…” (Génesis 17: 1).
Tomado de En pos de los Supremo de Oswald Chambers

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