Eran las 10 de la noche del sábado; el pastor siguió trabajando hasta muy tarde en el despacho de su iglesia, y llamó a su casa. El teléfono sonaba repetidamente, pero su esposa no contestó. Cuando lo intentó más tarde, ella respondió de inmediato. Al preguntarle por qué no cogió el teléfono cuando sonó la primera vez, le dijo que no lo oyó en toda la noche. Pensando que se equivocaría al marcar, se olvidó del asunto.
A la mañana siguiente, recibió una llamada de un hombre que le preguntó: “¿Para qué me llamó anoche?”. El pastor no tenía ni idea de lo que le estaba hablando, hasta que le dijo: “Ayer, a eso de las 10 de la noche, mi teléfono no dejó de sonar, pero no lo contesté”. De repente, recordó la llamada equivocada que hizo, y le pidió disculpas por haberlo molestado.
“No importa”, respondió el hombre, “La noche pasada estaba tan deprimido que pensé en suicidarme. Pero antes de hacerlo, oré así:
‘Dios, si estás ahí y te importo algo, por favor, házmelo saber’. Inmediatamente sonó el teléfono. Cuando en la ventanita del aparato leí: “Dios Todopoderoso”, tuve miedo de contestar. Sin embargo, ¡esa llamada me salvó la vida!”
¿Que por qué aparecieron aquellas dos palabras en su pantalla? Pues porque el pastor hizo la llamada desde Almighty God Tabernacle (el Tabernáculo del Dios Todopoderoso) y porque en la ventanilla sólo aparecieron las dos primeras palabras (‘Dios Todopoderoso’). Escucha:
“.Antes que clamen, responderé Yo; mientras aún hablan, Yo habré oído” (Isaías, 65:24). ¿Te preguntas todavía si Dios contesta a las oraciones?
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