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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

lunes, 16 de julio de 2012

Jehová, el que es mi pastor, no es un Dios ausente

Por Eliezer Torres

Un rayo de luz penetra tenuemente en la habitación directamente iluminando  mi rostro quedando al instante despierto, siendo sorprendido por un pensamiento bíblico susurrando en mi interior y diciéndome: “De Dios es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan.”
Me levanté con buen ánimo y con una sonrisa a flor de piel y me preguntaba sorprendido: ¿Por qué esta dulce obsesión de pensamientos tan maravillosos al despertar al nuevo día?  ¿Qué hay en mi interior que hace brotar pensamientos de luz a la superficie como granos de maíz impulsados por un calor maravilloso? Ya sé. Es el Espíritu y la Palabra de Dios que viven en mí y que producen esa sensación que aviva mi fe y despierta mi energía creadora con un entusiasmo de acción de gracias por todo lo vivido y recibido.  Tomé mi Biblia y en la contra portada comencé a leer unos versos que había  escrito allí, hace tiempo.
¡Tú eres Señor lo que buscaba, lo que anhelaba tener dentro de mí!
El amor, la fe, la paz ansiada, ellas ahora viven en mi ser y es por ti.
Te busqué por todas partes, sin hallarte. Te busqué en templos, cuadros y oraciones;
No sabía a dónde dirigir mi fe para encontrarte. No sabía vivir tus bendiciones.
Pero al fin mi fe pudo sentirse, donde siempre has estado en mi existir.
Y al momento de orar y bendecirte, Sé que vives y estás por siempre en mí.
Luego  abrí la Biblia en el Salmo veinte y tres (23), todavía pensando en aquel final: “Sé que vives y estas por siempre en mí.” Leo la primera oración de este Salmo y descubro que su escritor me dice: “Jehová es mi pastor, nada me faltará.”

Fuente: Cristiano.com

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