El sabe lo que somos. Conoce cada uno de nuestros fallos y nuestros
fracasos, pero sigue "confiando" en nosotros. Esconderse no es de
cristianos. Dios quiere que miremos al futuro con la confianza de saber
que El ya está allí y que nada puede derrotarnos de una manera
definitiva. Dios nos llama a vivir como el Señor Jesús vivió, así que la
mejor manera de hacerlo, es seguir sus pisadas.
"Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas" (1 Pedro 2:21) El verbo que Pedro utiliza para seguir las pisadas, es el que se utilizaba para seguir a alguien en un camino de arena, o incluso en la nieve. Significa que tenemos que poner nuestro pie en la huella que va dejando nuestro Maestro delante de nosotros. Porque no hay otra manera de hacerlo que seguirle muy de cerca, sin "perderlo" de vista.
La clave es conocerle a El: Su carácter, sus enseñanzas, su manera de tratar a los demás, su relación con el Padre, su necesidad de estar siempre cerca de Él, orando y adorando, su servicio y ayuda a todos, su confianza, su absoluta despreocupación por todo, su determinación a hacer la voluntad del Padre...
Dios no espera que hagamos lo que Él hizo, sino que aprendamos a ver la vida como Él. No nos exige que seamos exactamente como El era, sino que vivamos todas las circunstancias con Él a nuestro lado , que aprendamos a pensar y tomar decisiones "en" Cristo, porque Él vive dentro de nosotros. Dios espera que podamos disfrutar con Él a nuestro lado como lo mejor que puede pasarnos en la vida.
No se trata de ser religioso o de intentar ser bueno. Es imposible esforzarse para ser santo o perfecto; tarde o temprano vas a sentirte avergonzado por tus propios errores . Sólo el Espíritu de Dios puede ayudarnos a vivir con el Señor en todas las circunstancias de la vida.
Lo que Dios espera de nosotros en la maratón de la vida es que sigamos sus pisadas.
"Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas" (1 Pedro 2:21) El verbo que Pedro utiliza para seguir las pisadas, es el que se utilizaba para seguir a alguien en un camino de arena, o incluso en la nieve. Significa que tenemos que poner nuestro pie en la huella que va dejando nuestro Maestro delante de nosotros. Porque no hay otra manera de hacerlo que seguirle muy de cerca, sin "perderlo" de vista.
La clave es conocerle a El: Su carácter, sus enseñanzas, su manera de tratar a los demás, su relación con el Padre, su necesidad de estar siempre cerca de Él, orando y adorando, su servicio y ayuda a todos, su confianza, su absoluta despreocupación por todo, su determinación a hacer la voluntad del Padre...
Dios no espera que hagamos lo que Él hizo, sino que aprendamos a ver la vida como Él. No nos exige que seamos exactamente como El era, sino que vivamos todas las circunstancias con Él a nuestro lado , que aprendamos a pensar y tomar decisiones "en" Cristo, porque Él vive dentro de nosotros. Dios espera que podamos disfrutar con Él a nuestro lado como lo mejor que puede pasarnos en la vida.
No se trata de ser religioso o de intentar ser bueno. Es imposible esforzarse para ser santo o perfecto; tarde o temprano vas a sentirte avergonzado por tus propios errores . Sólo el Espíritu de Dios puede ayudarnos a vivir con el Señor en todas las circunstancias de la vida.
Lo que Dios espera de nosotros en la maratón de la vida es que sigamos sus pisadas.
Autores: Jaime Fernández Garrido
©Protestante Digital 2012
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