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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

domingo, 6 de febrero de 2011

¡CANTE EL HIMNO: "ALCANCÉ SALVACIÓN"!


ALCANCÉ SALVACIÓN



1. De paz inundada mi alma ya esté,
O cúbrala un mar de aflicción,
Mi suerte cualquiera que sea diré:
¡Alcancé, alcancé salvación!
CORO
¡Alcancé, alcancé… salvación, salvación…!
¡Alcancé, alcancé salvación!
2. Ya venga la prueba o me tiente Satán,
No amengua mi fe ni mi amor;
Pues Cristo comprende mis luchas, mi afán,
Y su sangre obrará en mi favor.
3. Feliz yo me siento al saber que Jesús
Libróme de yugo opresor;
Quitó mi pecado, clavólo en la cruz;
Gloria demos al buen Salvador.
4. La fe tornaráse en feliz realidad
Al irse la niebla veloz;
Desciende Jesús con su gran majestad,
¡Aleluya, estoy bien con mi Dios!
Autor de este himno: HORATIO G. SPAFFORD
Autor de la música:  P.P. BLISS
CANTADO POR PRIMERA VEZ: FARWELL HALL, Chicago

 HAGA CLICK donde dice: alcanceSalvación:

Escuchar el himno:  AlcanceSalvacion   

Este himno es conocido tambien como “Estoy bien con mi Dios”. Un día, en la ciudad de North Troy, Nueva York, nació un niño llamado Horatio G. Spafford. Era el 20 de octubre de 1828. Este niño creció, estudió y se graduó como abogado ejerciendo más tarde en la ciudad de Chicago. Tenía algo más de cuarenta años cuando cuatro tragedias llegaron a su vida. Primero, la pérdida de un hijo varón. Más tarde, una fuerte cantidad de dinero que había invertido, se evaporó quedando económicamente mal parado. Meses después, el gran incendio de Chicago en 1871 llegó también a afectarle en gran manera en sus bienes materiales.
Tal fue el estado de la familia Spafford que decidieron, pasados dos años, hacer un viaje a Europa. Había varios motivos para este viaje. Uno de ellos obtener un poco de distracción, y otro, el encontrarse con sus amigos y hermanos en Cristo, D.L.Moody y el cantante y músico que siempre le acompañaba, Ira D.Sankey, que se hallaban en Gran Bretaña.
La ilusión embargaba a toda la familia. Era un viaje deseado por cualquiera, y ellos, por fin, lo iban a realizar. Cuando llegó el día, algo retuvo al Sr. Spafford en Chicago. Pero él no quiso que su familia se viera afectada por este problema de última hora. Así que, llegando el día, envió a su esposa y cuatro hijas a emprender el viaje. El había de encontrarlas unos días más tarde.
Era un día de noviembre de 1873. El barco estaba a punto de partir. Los saludos, abrazos, últimas recomendaciones…y el “SS Ville du Harve” zarpaba rumbo a Europa.
El día 22 de noviembre, unos días después, el SS Ville du Harve chocó contra el barco inglés “Loch Starpoints ” hundiéndose bajo las frías aguas del océano en tan sólo doce minutos. Poco después, la Sra. Spafford llegó con otros supervivientes a Candiff, capital de la industria Gales, en Gran Bretaña. Desde allí, envió un telegrama a su esposo con estas dos palabras “UNICA SALVA”. Enseguida el Sr. Spafford tomó tomó el primer barco y viajó a encontrarse con su esposa.
Se dice que durante el viaje, el navío que conducía a Spafford atravesó el sitio exacto donde se había hundido el SS Ville du Havre. El capitán le indicó a Spafford donde se hallaba el infortunado buque y el lugar donde sus hijas habían perecido. Al caer en cuenta que allí era donde estaban sus hijas, Spafford descendió a su camarote y con la imagen de la tragedia en su mente, escribió los versos que componen esta preciosa melodía.
Siendo un diligente estudiante de la Palabra de Dios, el Sr. Spafford llegó a estar tan interesado en la Segunda Venida de Cristo, que en 1881 él y su esposa decidieron ir a Jerusalén, y esperar allí la venida del Señor, Allí murió SPAFFORD. Antes de morir, él y sus esposa ayudaron a fundar un grupo llamado el American Colony; su misión fue servir a los pobres. En la última estrofa del himno, el escritor da expresión sin límites a su aspiración y deseo de corazón.
Un hombre de negocios que había sufrido algunos fuertes reveses durante la crisis financiera, y estaba en un profundo desaliento, al oír la historia del himno, exclamó: “Si Spafford pudo escribir tan hermoso himno de resignación, no volveré a quejarme nunca más.”

Fuente: Iglesia Comunión Internacional de la Gracia

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