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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

domingo, 2 de junio de 2013

Si has heredado un desierto, pide a Dios una fuente

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Josué capítulo 15, versículo 16 al 19. Solamente les digo algo acerca de esta palabra, es una palabra muy sencilla, pero es una palabra que es tan importante que aparece dos veces. Aquí en Josué y también casi palabra por palabra, letra por letra, en Jueces, capítulo 1. Eso es raro. Es pocas las veces en la Escritura que la Escritura se repite palabra por palabra, algo tiene esta palabra que el Señor nos lo da en el libro de Josué y también en el libro de Jueces. Pero yo confieso que ni cuenta me había dado de ella, hasta que unos meses atrás el Señor me habló y me ministró profundamente a través de esta palabra tan sencilla. Y pido que el Señor igual le ministre a alguien aquí en esta noche a través de esta palabra. Declara la palabra así, yo lo estaré leyendo en la nueva versión internacional y pido que usted lo siga en la versión que usted tenga. Y dijo, Caleb:
“… Le daré mi hija Acsa como esposa al hombre que ataque y conquiste la ciudad de Quiriat−sefer. Entonces Otoniel, hijo de Cenaz, y sobrino de Caleb, − la versión Reina Valera dice el hermano de Caleb, pero eran parientes – capturó a Quiriat−sefer y se casó con Acsa. Cuando ella llegó Otoniel la convenció de que le pidiere un terreno a su padre. Al bajar Acsa del asno Caleb le preguntó, “¿Qué te pasa?” “Concédeme un favor,” respondió ella, “ya que me has dado tierras en el Negev, dame también manantiales.” – la Reina Valera dice, puesto que me has dado tierra en Negev, dame también fuentes de agua − Fue así como Caleb le dio a su hija manantiales en la zonas altas y en las bajas. – La Reina Valera declara, él entonces le dio las fuentes de arriba y las de abajo −…”
Señor, esta es una palabra muy sencilla. Pido espíritu de Dios que sople sobre ella y que a través de tu hálito que cobra vida y que de fruto a cada corazón hambriento en esta noche, en el nombre de Jesús.
Mis hermanos, es una historia súper sencilla, tan sencilla y enterrada en dos libros de historia que aparentemente hablan de cosas mucho más importantes y mucho más históricas. Es casi un hincapié en el relato bíblico. Pero aquí yo anoté los pocos hechos que tenemos aquí y ver si usted ve lo mismo que veo yo.
Qué pasó? Acsa era hija de Caleb. Caleb la entregó como premio al que conquistara el último pueblo que quedaba para la tribu de Judá conquistar en esa zona. Otoniel ganó esa herencia, o sea, ganó a Acsa y el terreno de la herencia que le pertenecía a ella. Ahora, la herencia de Acsa quedaba en el Negev. El Negev era un desierto, era un terreno árido, casi incultivable sin agua y sin intervención agrícola.
Otoniel y Acsa se pusieron de acuerdo que Acsa se acercaría a Caleb para pedirle terreno para labrar. O sea, hay algunas versiones que dicen que la idea nació de Acsa, otras que dicen que la idea nació de Otoniel. Es lo mismo, ellos hablaron, “Mira, háblale el viejo y dile si nos da algo mejor que lo que nos ha dado aquí, que nos acaba de dar un desierto, nos vamos a morir de hambre.”
Acsa se acercó a Caleb, su padre, al verla acercarse su padre simplemente le preguntó, Qué quieres? Otras versión dice, Qué se te ofrece? Otra versión dice, Qué te pasa? Nosotros igual podríamos traducir, usted lo puede traducir igual, Qué te trae? Qué onda? Qué haces aquí? Qué hay aquí? Está todo bien?
Acsa sencillamente le responde, Concédeme un favor, ya que me has dado tierras en el Negev, dame también manantiales, dame fuentes. Fue así como Caleb le dio a su hija manantiales en zonas altas y en las bajas.
Ese es el relato completamente. No hay más detalles en el libro de Jueces. Es precisamente el mismo relato. Yo no sé cuántas veces en mi vida he leído el libro de Jueces e ido de ahí al capítulo 16. Esta vez el Espíritu Santo me puso un alto y yo oí al Señor decirme esto, “Samuel, pídeme manantiales. Samuel, pídeme fuentes.”
Mi hermano, yo no sé si acaso usted se ha quejado, sea públicamente o en el secreto de su corazón de la herencia que el Señor te ha dado. Y sabe, yo creo que una de las razones por qué esta palabra resalta tanto, y por qué lo vemos tanto en el libro de Jueces como en el libro de Josué es por lo que no vemos aquí. No vemos a Acsa y Otoniel, ellos ni siquiera aparecerían en las líneas de las Escrituras si se hubiesen quedado con esto.

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