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Por Matt Slick
Los universalistas dicen repetidas veces cosas como, "Dios nos ama tanto a todos nosotros que nos salvará a todos"; o "Él odia el pecado, pero ama al pecador"; o "Dios es amor, y no enviará a nadie al infierno".
Los universalistas enseñan que Dios está tan lleno de amor, que Él simplemente no puede enviar a alguien al fuego eterno del infierno. Está contra Su amor infinito. Desean que Dios perdone a todos, aún los que abiertamente lo rechazan y se mueren maldiciendo a Dios.
Tengo que admitir, es agradable pensar que el amor de Dios es tan infinitamente grande que todos últimamente serán salvados. El infierno es un lugar terrible y yo no deseo que nadie vaya allí. Pero no importa lo que pienso. Importa lo que la Biblia dice.
“Dios es amor” (1 Juan 4:8), pero Dios también castiga al pecador y odia a todos los que hacen iniquidad. Dios no es parcial. Él no es simplemente un Dios infinitamente amoroso. Él es también infinitamente justo. Él debe tratar con el pecado. Él debe castigar al pecador.
En la verdad de la palabra de Dios, encontramos que el Señor ha proporcionado un solo camino por el cual podemos ser salvados. Ese camino único es mediante por el sacrificio de Jesús. Para todos los que confían en Él, la salvación vendrá. Pero a los que se voltean de Él, la ira de Dios se queda sobre ellos: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).
¿Odia Dios a cualquiera?
¿Odia Dios a cualquiera? La respuesta es sí.
• Salmo 5:5, "Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que obran iniquidad.” • Salmo 11:5, "Jehová prueba al justo; pero al malo y al que ama la violencia, su alma aborrece.”. • Levítico 20:23, "Y no andéis en las prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación.” • Proverbios 6:16-19, "Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre los hermanos.” • Oseas 9:15, "Toda la maldad de ellos fue en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión; por la perversidad de sus obras los echaré de mi casa; no los amaré más; todos sus príncipes son desleales.”
¿Son estos versículos difíciles para leer? ¿Lo hacen sentir incómodo? Deben que sí. Dios odia el pecado. Pero, Él no castiga el pecado. Él castiga al pecador. El pecado no puede ser atado y ser tirado en un fuego. No puede ser puesto en una caja ni pegado a un palo. Es rebelión. Es rebelión en el corazón. Es quebrantar la Ley de Dios. El pecado ocurre dentro del corazón y la mente de personas. Por lo tanto, Dios tiene que castigar al pecador. ¿Por qué? Porque es ambos Santo y Justo y la persona que peca ofende a Dios. El carácter Santo y Justo de Dios no lo permitirá ignorar esta ofensa. ¿Por qué? ....
La Ley de Dios es Perfecta
Cuando Dios dijo, "Sea la luz” (Génesis 1:3), sucedió. Cuando ordenó que los océanos existieran, “fue así” (v.7). La palabra de Dios es poderosa. Lo que Él dice nunca es inútil, vacío, ni sin el poder.
La Ley es un reflejo del carácter de Dios. Es pura y perfecta. Es poderosa. Los Diez Mandamientos reflejan la santidad y la justicia de Dios. Estos mandamientos no están sin castigos. Una ley sin consecuencias es sólo un lema vacío.
En pecar es de quebrar la Ley de Dios y ofender Su carácter. En pecar es desafiar Su carácter y autoridad. Significa que vas en contra de Su palabra. Pero Dios no es un mentiroso. Su palabra es verdad. Él ha dicho que castigará al transgresor de la ley.
Pero, alabo sea Dios, que mientras todavía éramos pecadores, Jesús murió por nosotros (Romanos 5:6). No hay manera que podemos apaciguar a Dios. Por eso Dios se hizo uno de nosotros (Juan 1:1.14; Hebreos 2:17), para tomar nuestro lugar y llegar a ser pecado en nuestro beneficio (2 Corintios 5:21). Por lo tanto, la gente tiene dos opciones:
1. Confía en Jesús, Dios en la carne, como tu Salvador y pon tu fe en el sacrificio que hizo en la cruz y en nada que tú haces. 2. Rechaza la cruz y deja que la pena de la Ley caiga sobre ti.
O sea Dios pague, o sea que tú lo haces -- para siempre. ¿Cuál será?
"Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por el pecado” (Hebreos 10:26). Si no hay sacrificio disponible para ti, entonces la ira de Dios está sobre ti porque Él odia el pecado y tu pecado no ha sido quitado (Juan 3:36). Fíese de Jesús solo o la ira de Dios permanecerá sobre ti para siempre.
Conclusión
El hecho sobrio es que Dios es tan santo y justo que Él odia al pecador (Salmo 5:5; Levítico 20:23; Proverbios 6:16-19; Oseas 9:15). Algunos dicen que debemos decir que Dios sólo odia el pecado pero ama al pecador. Pero, las escrituras antes mencionadas dicen al contrario a eso. Pero es también verdad que Él es amor (1 Juan 4:8). Es preferible aceptar el amor de Dios hallado en Jesús que rechazarlo y sufrir Su ira.
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Fuente: Todo Gracia.-Lasaro Flores
Fuente: Todo Gracia.-Lasaro Flores
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