Cita Bíblica: Romanos 12:1-2

El v. 2, aunque gramaticalmente es paralelo al 1, en realidad explica con más detalle cómo debe realizarse esta entrega de nosotros mismos en sacrificio. Lo que se requiere es una transformación total de nuestra cosmovisión. Ya no debemos ver la vida en términos de este mundo, el reino del pecado y de la muerte del cual hemos sido transferidos por el poder de Dios, sino en términos del nuevo Reino al que pertenecemos, el reino regido por la justicia, la vida y el Espíritu. Aunque estamos viviendo en el mundo, ya no somos “del mundo”. La esencia del éxito en la vida cristiana es la renovación de nuestra mente para que podamos comprobar cuál sea la voluntad de Dios, es decir, reconocer y poner en práctica la voluntad de Dios para cada situación que enfrentemos. Dios no nos ha dado a los creyentes en Cristo un complejo conjunto de reglas para guiarnos. Nos ha dado su Espíritu quien está trabajando para cambiar nuestros corazones y nuestras mentes desde adentro, para que nuestra obediencia a Dios sea natural y espontánea.
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