Por: |
Charles spurgeon |
El último enemigo que será destruido es la muerte. 1 Corintios 15: 26
La
muerte es el último enemigo de cada cristiano y el último que será
destruido. Ahora bien, si la Palabra dice que es el último, quiero
recordarte algo de la sabiduría práctica: deja que sea el último.
Hermano, no pretendas alterar el orden, sino deja que lo último sea lo
último. Conocí un hermano que quería vencer la muerte mucho antes de que
esta llegara. Pero, hermano, no recibirás la gracia para los últimos
momentos de tu vida hasta que estos no lleguen. ¿Qué beneficio tendría
recibir la gracia para la hora de la muerte mientras todavía vives? Solo
necesitas un bote cuando llegas a un río. Pide la gracia para vivir y
así glorifica a Cristo mediante ella, y entonces tendrás la gracia para
la hora de la muerte cuando esta llegue. Tu enemigo será destruido, pero
no hoy.
Algunos
santos antes de morir han dicho que su lecho de muerte ha sido el mejor
que tuvieron en sus vidas. Muchos de ellos se han preguntado: “Dime,
alma mía, ¿esto es la muerte?”. Morir ha sido algo tan diferente de lo
que esperaban, tan tranquilo y gozoso; se sienten tan libres de toda
carga, se sienten tan alivianados en vez de sentirse abrumados, que se
han cuestionado si ese es el monstruo que han temido durante toda su
vida. ¡Nuestro Señor exaltado ha vencido la muerte en todo sentido!
Hay
una gran cantidad de enemigos que enfrentar hoy, así que confórmate con
dejar tranquila a la muerte por un rato. Este enemigo será destruido
pero desconocemos el tiempo en que esto sucederá; lo que tenemos que
saber es que somos llamados a ser buenos soldados de Jesucristo según lo
requiera el deber de cada día. ¡Mi hermano, enfrenta tus pruebas a
medida que vengan! En el tiempo propicio Dios te ayudará a vencer a tu
último enemigo, pero mientras tanto ocúpate de vencer al mundo, la carne
y el diablo. Si vives bien, morirás bien.
Fuente: Verdadera Vida
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