“…TODO EL QUE PIERDA SU VIDA POR CAUSA DE MÍ… LA SALVARÁ” (Marcos 8:35)
Joseph Ton huyó de casa en la Rumania comunista para estudiar teología en laUniversidad de Oxford. Mientras se estaba preparando para regresar después de su graduación, sus amigos le avisaron que probablemente le arrestarían en la frontera. Uno de ellos preguntó: “Si te arrestan, ¿qué esperanza tienes de ser predicador o de ganar tu país para Dios?”.
Aquella noche Joseph Ton le preguntó a Dios en oración sobre el tema, y le vino a la mente Mateo 10:16: “…Yo os envío como a ovejas en medio de lobos” (Mateo 10:16). Pensó: ¿Qué posibilidad tiene una oveja de sobrevivir entre lobos, y mucho menos de convertirlos? No obstante, Jesús nos envió, esperando de nosotros no sólo vivir en este mundo, sino ganarlo para Él.
Joseph volvió a Rumania y predicó hasta el día en que fue arrestado. Mientras le interrogaba la policía secreta, dijo: “Vuestra arma suprema es matar, la mía es morir. Mis sermones están ahora por todo el país en casetes. Si me matáis, quien los escuche dirá: ‘Esto tiene que ser cierto. Este hombre selló sus palabras con su propia sangre’. Las cintas hablarán diez veces más claro que antes, así que, adelante, matadme. De ese modo ganaré la victoria suprema”.¡El oficial a cargo le mandó a casa! ¡No tienes que sobrevivir! Cuando puedes asumir que estás fuera del alcance del enemigo, estás totalmente disponible para Dios, y entras en un nivel de productividad que nunca soñaste posible.
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