Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal
1 Pedro 3:12
Cuando
murió Guillermo IV de Inglaterra, una niña de diecisiete años dormía en
el palacio. Al recibir la noticia de que ahora ella era la reina, cayó
de rodillas y pidió al Señor que la guiara durante todos los años
venideros. Así la reina Victoria inició uno de los reinados más
destacados de la historia de Inglaterra.
La
célebre Fanny Crosby siempre oraba antes de intentar escribir un himno.
Si tenemos en cuenta que escribió más de ocho mil, se infiere que oró
mucho durante su vida.
Martín
Lutero dijo que oraba una hora al día, excepto en los días en que sabía
que estaría particularmente ocupado. En esos días oraba dos horas
completas. Cuanto más atareado estaba, más oraba.
¿Es
la oración un elemento vital de tu vida? ¿Con qué frecuencia oras
durante el día? ¿Te contentas con las oraciones programadas, como al
acostarte, levantarte; antes de desayunar, comer, almorzar?
Quizá
deberías hacer lo que hicieron los discípulos, pedir a Jesús que te
enseñe a orar. Si se lo pidieras, te enseñaría lo mismo que enseñó a los
discípulos, una oración corta y aparentemente sencilla. Como lo muestra
The New Bíble Dictionary [Nuevo diccionario bíblico], esto fue lo que
enseñó sobre la oración:
- Insistencia que reclama la generosidad del Padre (Mat. 7: 7-11).
- Tenacidad que profundiza la fe en el amor de Dios (Luc. 18: 1-8).
- Humildad que produce la aceptación de Dios (Luc. 18: 10-14).
- Exaltación propia que oculta el rostro de Dios (Mat. 6: 5).
- Caridad que asegura el perdón de Dios (Mar. 11: 25-26).
- Sencillez y sinceridad de corazón que agradan a Dios (Mat. 6: 7; 23: 14).
- Unidad que propicia la respuesta de Dios (Mat. 18: 19).
- Intensidad que nos vincula con el poder divino (Mar. 9: 14-29).
- Expectativa y fe que obtienen resultados (Mar. 11: 24).
- Entrega a la voluntad de Dios que es vital (Mat. 26: 42).
El
diccionario agrega: «Hay en los dones de Dios cosas que un hombre nunca
ha tenido; por lo tanto, "pide". Otras que se han perdido; por tanto,
"busca". Y puertas que no han sido abiertas; por tanto, "llama"». Dejar
de orar es dejar de creer. Así no se puede vivir. ¿Por qué no renuevas
ya tu vida de oración? Es una experiencia que definirá tu vida para
siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario