Los Cesacionistas están motivados por el deseo de ver al Espíritu Santo glorificado. Les preocupa que, mediante la redefinición de los dones, la posición continuacionista degrada la naturaleza extraordinaria de esos dones, lo que reduce el trabajo verdaderamente milagroso del Espíritu en las primeras etapas de la iglesia.
Los Cesacionistas están convencidos de que, mediante la redefinición de la sanidad, la posición carismática presenta un mal testimonio al mundo entero cuando los enfermos no se curan. Por la redefinición de las lenguas, la posición carismática promueve un tipo de jerigonza sin sentido que va en contra de todo lo que sabemos sobre el don bíblico. Mediante la redefinición de la profecía, la posición carismática da crédito a aquellos que dicen hablar en nombre de las mismas palabras de Dios y sin embargo, hablan en error.
Esto, entonces, es la principal preocupación de los cesacionistas: que el honor del Dios Trino y Su Palabra sea exaltada y que no se abarate por sustitutos rebajados.
Y ¿cómo sabemos si algo es auténtico o no? Comparándolo con el testimonio escrito de la Escritura. ¿Acudir a la Biblia para definir los dones significa que estemos pasando por alto el Espíritu Santo? Todo lo contrario. Cuando escudriñamos las Escrituras, nos vamos a los testimonios del Espíritu Santo mismo para descubrir lo que Él nos ha revelado acerca de los dones que Él otorgó.
Como cesacionista, amo el Espíritu Santo. Yo no quisiera hacer nada para desacreditar Su trabajo, disminuir Sus atributos, o minimizar Su ministerio. Tampoco me quiero volver a perder todo lo que Él está haciendo en la iglesia de hoy. Y yo no soy el único cesacionista que se siente así.
Debido a que amamos el Espíritu Santo, estamos agradecidos a Dios por el trabajo increíble y permanente del Espíritu en el cuerpo de Cristo. Sus obras de regeneración, morada, bautizo, sellado, seguridad, iluminación, convicción, consuelo, lo confirmación, llenura, y de habilitar a todos los aspectos indispensables de Su ministerio.
Debido a que amamos el Espíritu Santo, nos sentimos motivados a estudiar las Escrituras que Él inspiró para aprender a caminar de una manera digna, siendo caracterizado por Su fruto. Anhelamos ser llenados por El (Ef. 5:18), lo cual comienza por ser habitado con Su Palabra, que es la Palabra de Cristo (Colosenses 3:16-17), y de estar equipado con Su espada, que es el Palabra de Dios (Efesios 6:17).
Por último, es debido a que amamos el Espíritu Santo que anhelamos justamente representarlo, entender y apreciar sus propósitos (como lo ha revelado en Su Palabra), y alinearnos con lo que está haciendo en este mundo. Esto más que nada nos da razones para estudiar la cuestión de los dones carismáticos (cf. 1 Cor. 12:7-11). Nuestro objetivo en este estudio tiene que ser más que una simple corrección doctrinal. Nuestra motivación debe ser lograr una comprensión más precisa de la obra del Espíritu de –tanto que es mejor entregarnos a Él en el servicio de Cristo para la gloria de Dios.
Fuente: Evangelio según Jesucristo
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