Cabecera

Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

viernes, 30 de septiembre de 2011

¿Es bíblico el universalismo / la salvación universal?"

 El Universalismo es la creencia de que todos seremos salvados. Hay mucha gente en la actualidad que sostiene la opinión de la “Salvación Universal” – la idea de que todos los hombres eventualmente terminarán en el cielo con el Señor. Tal vez la idea de que hombres y mujeres experimenten una vida de eterno tormento en el infierno, sea la causa por la que muchos rechazan la enseñanza de la Escritura sobre este punto. Para algunos es su exagerado énfasis en el amor y compasión de Cristo lo que los lleva a creer que Dios tendrá misericordia de toda alma viviente. Pero la Escritura enseña que algunos hombres pasarán una eternidad en el infierno, mientras que otros una eternidad en el paraíso con el Señor.

Antes que nada, la prueba de que los hombres no redimidos permanecerán para siempre en el infierno, es que las propias palabras de Jesús confirman que el tiempo que pasen los redimidos en el Cielo, será tan largo como el que pasen los no redimidos en el Infierno. Mateo 25:46 dice, “E irán éstos al castigo ETERNO, y los justos a la vida ETERNA.” (énfasis del escritor). Algunos creen que aquellos que estén en el infierno, eventualmente dejarán de existir, pero el Señor mismo confirma que permanecerán ahí para siempre. Este “fuego eterno” es también mencionado previamente en Mateo 25:41. En Marcos 9:44 Jesús habla acerca del infierno como “el fuego que nunca se apaga” Jamás se apagará, porque arderá para siempre.

¿Cómo puede uno evitar este “fuego que nunca se apaga”? Mucha gente cree que todos los caminos conducen al Cielo, o consideran que Dios tiene tanto amor y misericordia que Él permitirá que toda la gente vaya al Cielo. Mientras que efectivamente, Dios es grande en amor y misericordia, fueron estas cualidades que le llevaron a enviar a Su Hijo Jesucristo al mundo y a morir en la cruz por nosotros. Jesucristo es la única puerta que conduce a una eternidad en el Cielo. Hechos 4:12 dice, “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, que podamos ser salvos.” 1 Timoteo 2:5, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” En Juan 14:6, Jesús dice, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que TODO AQUEL QUE EN ÉL CREE, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Si los hombres eligen rechazar al Hijo de Dios, entonces no llenarán los requisitos para su salvación (Juan 3:16,36).

Con versos como estos, queda claro que el Universalismo y la Salvación universal son una creencia anti-bíblica. El universalismo no concuerda con lo que enseña la Escritura. Mientras que mucha gente en la actualidad acusa a los cristianos de ser intolerantes y “exclusivistas”, es importante recordar que estas son palabras de Cristo Mismo. El cristianismo no desarrolló estas ideas de sí mismo, los cristianos simplemente aseguran lo que el Señor ya ha dicho. La gente elige rechazar el mensaje porque no quiere enfrentarse con su pecado, pero admiten que necesitan que el Señor los salve. Decir que aquellos que rechazan la provisión de Dios para la salvación a través de Su Hijo serán salvados, es tener en poco la santidad y justicia de Dios y negar la necesidad del sacrificio de Jesucristo a favor nuestro.

Fuente: got cuestions.org

lunes, 26 de septiembre de 2011

¿Consejos para Dios?

Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea, pasando por la región de Decápolis. Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua; y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto. Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien. Y les mandó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban. Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar. 
(Marcos 7:31-37)

 Unos tipos le traen a Jesús un sordo y tartamudo para que lo sanará, hasta ahí todo esta bien. Donde está el error es cuando le dicen como hacerle. “le rogaron que le pusiera la mano encima” Seguramente sus intenciones no eran malas, ellos habían visto o les habían platicado que Jesús curaba de ese modo o quizá un taumaturgo lugareño lo intentaba de ese modo.

Como fuera ese no es el punto, lo que nos interesa aquí es que los seremos humanos queremos o tenemos la tendencia de decirle a Dios como hacer las cosas porque claro creemos es lo mejor. Es absurdo lo sé. El Maestro Jesús nos conoce y como otro método educativo cambia las técnicas del milagro, ya no es un simple tocar o una simple palabra, ahora cambia la jugada de tal manera que todos se maravillaban y decían “bien lo ha hecho todo”. Jesús no cambia el método como capricho; no dice: ahora lo hago de otro modo para que se les quite. No. Jesús, lo hace para que su mirada se dirija hacia Dios y nos a los procedimientos o costumbres, lo hace para que veamos que los ritos no son nada si Dios no está ahí. Lo enfatiza cuando levanta sus ojos al cielo. Confiemos en Dios y no en las costumbres o los ritos o en los hombres, simplemente confiemos en el Creador. Ya está hecho el milagro o como a Juan le gusta decir la señal, sin embargo Jesús tiene un as bajo la manga. Algo que quiere enseñar aparte de lo obvio.

Ahora ya el sordo oye y su lengua ya no se traba al hablar, en ese momento Jesús “les mandó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban.” No se trata de oír o de hablar bonito, sino de obedecer. ¿Cuántos “cristianos” no hay así? Que les gusta decir a cada rato amén, y que incluso son prestos para oír, pero no hacen caso al Señor de señores. Confianza y obediencia. Una es hija de la otra, si confías seguramente obedecerás.
Enviado por Alejandro Cunillé Fuentes

viernes, 23 de septiembre de 2011

Mecanismos de manipulación en las iglesias


manipulation5
La manipulación en las iglesia es una realidad que muchos hemos observado pero poco se ha analizado. Por eso me permito resumir algunos aspectos del problema, sin pretender agotar el tema.


 En su sentido que nos interesa, se define como «acto de intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros en la política, en el mercado, en la información, etcétera, con distorsión de la verdad o la justicia y al servicio de intereses particulares». Esencial al concepto es el irrespeto a la persona, al derecho y la autodeterminación de su víctima. Manipular es jugar con el pensamiento, sentimiento y conducta de otras personas.

Cultura de manipulación

Un buen punto de partida puede ser un análisis psicológico del fenómeno de la sugestión. Aquí el sentido de «sugestionar» que nos interesa es el proceso psicológico mediante el cual una persona busca dominar la voluntad de alguien, llevándolo a pensar o actuar de determinada manera (Real Academia; Wikipedia). Según La guía de psicología, «la sugestión es un estado psíquico provocado, en el cual el individuo experimenta las sensaciones e ideas que le son sugeridas y deja de experimentar las que se le indica que no sienta».

Las formas extremas de la sugestión son el hipnotismo y el lavado de cerebro. Pero una forma mucho más común, que permea toda nuestra sociedad moderna, es la propaganda, tanto comercial como política, a veces subliminal (inconsciente; «por debajo del umbral de la conciencia»). La foto de un guapo señor bebiendo Imperial, rodeado de bellas mujeres y otros símbolos de éxito, insinúa la ridícula idea de que beber tal cerveza producirá lo mismos resultados en los televidentes. La propaganda nos evoca, con tremenda sutileza, las ganas de comprar cosas que no necesitamos para nada. La propaganda política gasta millones de dólares para llevarnos a pensar, sin más razones que sus mentiras, que tal candidato o tal proyecto social es lo mejor o lo peor, según el caso. En los ochentas, muchas caricaturas de Daniel Ortega lo representaban con un cigarro grandote, para identificarlo implícitamente con Fidel Castro (aunque Ortega no era fumador y los dos son muy diferentes). Adolfo Hitler, junto a su ministro de propaganda, Paul Joseph Goebels, perfeccionó la ciencia de la propaganda para conducir al mundo a la guerra. El mandamiento de Jesús: «Mirad, pues, cómo oís» (Lc 8.18; Mr 4.24)1, nos impone el deber de permanecer alertas y no dejarnos engañar por ninguna propaganda.

Pastores manipuladores
Cuando uno se despierta a estas realidades, comienza a ver que en las iglesias también se practica sugestión, métodos de propaganda y técnicas hipnotizantes. A veces una prolongada repetición rítmica de determinada frase, a gritos o con variaciones de tono, produce su deseado resultado de una histeria colectiva. Creo que cualquier persona psicóloga, competente en estos temas, lo podría reconocer y analizar.

Por otra parte, las maratónicas de TV Enlace son un constante ejemplo de sugestión. ¿Cómo es posible que en cada maratónica, los locutores y predicadores puedan anunciar invariablemente que «hay una tremenda unción aquí, se siente poderosamente la presencia de Dios aquí»? Cabe la sospecha legítima de que es más bien sugestión, con miras a crear la impresión de algo misterioso y maravilloso para que la gente envíe sus ofrendas. Queda sumamente vago en qué consiste esa «unción», ¿cómo saben que está presente?, y ¿cómo puede ser tan predecible e invariable? Jesús afirmó que el Espíritu sopla donde quiere; verdad que Lutero parafraseó: «el Espíritu Santo actúa cuando, donde y como él quiere» y no cada vez que nosotros lo decidamos, para que después produzcamos por sugestión las sensaciones correspondientes.

Otra forma de manipulación, el chantaje, consiste en emplear promesas o amenazas para someter a las personas. En el sentido más amplio, «el evangelio de las ofertas» y «la teología de la prosperidad», cuando se emplean para provecho personal (que ocurre no infrecuentemente), califican como chantaje o extorsión. Casi siempre estas promesas y amenazas apelan al egoísmo, como cuando se «profetiza» un gran futuro de fama y éxito para personas inseguras («serás el Billy Graham del siglo XXI»). Muy comúnmente estas promesas producen confusión en sus víctimas y les provocan mucho daño.

Intimidar a la gente
Muy relacionada con estos chantajes es la intimidación, cuya expresión más grave son las frecuentes maldiciones que se lanzan contra las personas. Estas maldiciones son el colmo, el acabóse, del chantaje: «o te sometes, o te maldigo». Por falsas que sean, estas maldiciones ejercen una tremenda fuerza para infundir terror y arruinar la vida de las personas. De esas maldiciones he hablado en otros artículos: «Apóstoles y profetas que juegan con maldiciones» y «Una iglesia abusiva»2. A veces estos «profetas» convalidan hechizos venidos del espiritismo en la vida anterior de los acusados.

Muy generalizada en nuestros días es la teología de la sumisión incondicional, una teología de la autoridad absoluta (del apóstol, profeta o pastor) que condena y prohíbe toda crítica. Es un autoritarismo a ultranza más cercano a la curia romana que al Nuevo Testamento. Produce pastores que son dictadores, que pretenden controlar toda la vida de los creyentes. Para enamorarse, casarse, comenzar un plan de estudios (o dejarlo), aceptar un empleo (o rechazarlo o renunciar a él), para todo se necesita el visto bueno del soberano pastor (apóstol, profeta).

El texto áureo para este movimiento autoritario, que ahora aparece por todos lados, es Mateo 7.1: «no juzguéis, para que no seáis juzgados». Otras maneras sagradas son «no toquéis al ungido del Señor» o la murmuración de Miriam y la lepra con que Dios la castigó (vea el artículo «No toques al ungido de Dios», en DesarrolloCristiano.com).

Cuidar el testimonio
Se olvida que Mateo 7.1 condena la criticonería de los fariseos, que pretendían juzgar a los demás sin ser juzgados ellos, que juzgaban la paja en el ojo ajeno sin reconocer la viga en su propio ojo (7.3–5; cf. Ro 2.1). Lejos de prohibir la crítica sana y responsable, en seguida el pasaje nos llama a guardarnos de los falsos profetas, lobos vestidos de ovejas (7.15) y a conocer a todos por sus frutos (7.16–20), no por su palabrería espiritual (7.21–23). Según Juan 7.24 Jesús nos manda «juzgar con justo juicio» (cf. Lc 7.43; cf. 12.57); a los corintios, San Pablo les exhortó a «juzgad vosotros mismos» (10.15; 11.13) y les avisa que «el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie» (ni de «apóstoles» ni de «profetas»; 1Co 2.15; cf. 1Jn 2.27).Con la supresión antibíblica de la sana crítica, estos líderes se aseguran un espacio casi ilimitado para manipular a sus feligreses. Dato curioso es que estos líderes (profetas, «apóstoles»), al igual que los fariseos, se atribuyen la más amplia libertad para criticar a otros, sin permitir que otros los critiquen a ellos.

Nuestra sociedad actual, en su tránsito de la modernidad a la postmodernidad, vive una profunda crisis de la autoridad. Se reconoce cada vez menos la autoridad extrínseca, por el puesto o el título que uno ostenta. En el futuro, los líderes tendrán que ganar cada vez más una autoridad intrínseca, por lo que realmente son, su pensamiento y sus acciones.

El camino más difícil
Pensar con cabeza propia es a veces arriesgado e incómodo, por lo que, en la confusión de los cambios rápidos de nuestra época, muchas personas buscan la seguridad en autoridades que piensen por ellos. Pero eso no es sano y no es la voluntad del Señor.

Fuente: Desarrollo Cristiano.com

miércoles, 21 de septiembre de 2011

10 Razones Para No Hacer Llamados Al Altar


por Armando Valdez
image 
Por Thabiti Anyabwile
Thabiti Anyabwile ofrece un argumento convincente en contra del uso de los llamados al altar. Le invitamos a compartir sus pensamientos y opiniones.
A veces me preguntó por la gente por qué no hacemos “llamado al altar” en nuestros servicios. Asi como la gente que hace la pregunta, las iglesias de mi experiencia personal casi todas practicaban “llamado al altar” en la celebración de un sermón o servicio. Los he visto hacer en forma muy pobre, y he visto algunos pastores ser muy claros sobre el evangelio, el

arrepentimiento, la fe, y el hecho de que “pasar al frente” no salva. Yo fecho mi propia conversión a la predicación del Éxodo 32, que concluyó con un llamado al altar.
Así que, ¿por qué no practicamos “llamado al altar”? No creo que el pastor que practica una “invitación” al final de un sermón esté en pecado, pero él puede no estar actuando con prudencia tampoco. Esta lista de razones, compilada por el Pastor Ryan Kelly de la Iglesia Desert Springs, es un resumen muy bueno de algunos de mis pensamientos (HT: Z ).
1. El llamado al altar está simple y completamente ausente de las páginas del Nuevo Testamento
2. El llamado al altar está históricamente ausente hasta el siglo 19, y su uso en ese momento (a través de Charles Finney) se basa directamente en una mala teología y en una metodología manipuladora centrada en el hombre.
3. El llamado al altar muy fácilmente confunde el acto físico de “pasar al frente” con el acto espiritual de “venir a Cristo.” Estos dos pueden ocurrir simultáneamente, pero con demasiada frecuencia la gente cree que venir a Cristo es ir al frente (y viceversa).
4. El llamado al altar puede engañar a la gente sobre la realidad de su estado espiritual y el fundamento bíblico para la seguridad. La Biblia no nos ofrece seguridad sobre la base de que “pasamos al frente”.
5. El llamado al altar sustituye parcialmente el bautismo como el medio de profesión pública de fe.
6. El llamado al altar puede inducir el error al pensar que la salvación (o cualquier respuesta oficial a la Palabra de Dios) ocurre principalmente los domingos, sólo al final del servicio, y sólo “al frente”.
7. El llamado al altar puede confundir a la gente acerca de las cosas “sagradas” y los lugares “sagrados”, como la frase “llamado al altar”, sugiere.
8. El llamado al altar no es sensible a nuestra época cautelosa y relacional donde la mayoría de la gente viene a la fe por un período de tiempo y, a menudo con la interacción de un buen amigo.
9. El llamado al altar se ve a menudo como “la parte más importante del servicio”, y esto resta importancia a la parte realmente más importante de la adoración que Dios ha prescrito (la predicación, la oración, la comunión, el canto).
10. Dios es glorificado al bendecir poderosamente las cosas que Él ha prescrito (la predicación, la oración, la comunión, el canto), y no las cosas que hemos inventado. Siempre debemos ser temerosos de añadirle a las instrucciones de Dios para su adoración.
Números 1, 2, 3, 4, 5 y 10 de la lista de Ryan son las razones más convincentes en mi opinión. Estas objeciones parecen muy graves para cualquier persona que toma muy en serio la idea de que nuestra vida cristiana y las reuniones deben ajustarse a los mandamientos, modelos, y prohibiciones del NT. Tal vez me gustaría añadir un 11 º: El “llamado al altar” enseña a la congregación a evaluar el “éxito” ó “eficacia” del ministerio en acciones externas, visibles y resultados.
Además, la necesidad de ser cuidadoso y sensible pastoralmente con las almas de los hombres que necesitan arrepentirse y creer no podría ser más urgente. Por lo tanto, todo lo que oculta la realidad de Dios y la obra del Espíritu Santo en la conversión y la necesidad del arrepentimiento y fe debe ser considerada -en el major los casos –una  práctica con potencial de socavar la misma  obra a la que estamos entregando nuestras vidas.
¿La gente “responder” a la palabra de Dios en nuestros servicios? Si lo hacen. Y les damos diversas maneras en que puedan dar seguimiento a lo que han oído hablar, desde hablar con un anciano o un amigo cristiano después del servicio, para programar una cita durante la semana, dejandonos saber a nosotros si les gustaría visitar que los visitáramos, y así sucesivamente. Una cosa que aprecio sobre nuestro enfoque es que nos permite conocer, escuchar, preguntar, animar, enseñar y orar en una forma mucho más completa. Por la gracia de Dios estamos viendo personas convertidas y profesando su fe en el bautismo mientras el Espíritu abre los corazones. No somos perfectos, por cualquier medio. Pero espero que estemos siendo fieles a los mandamientos, ejemplos, e instrucciones de la Escritura

La Verdadera Adoración

clip_image001



por Armando Valdez
La Verdadera Adoración –
Juan 4:20-24
por John Macarthur


Alguien dijo una vez: “La adoración es para la vida cristiana lo que el muelle principal es para un reloj.” Adorar a Dios es la esencia misma de la respuesta del cristiano a Dios – el corazón mismo de su actividad. Usted dice: “¿Qué significa adorar?” Se trata simplemente de reconocer el valor, la dignidad, la majestad, el honor y la gloria de Dios. El principal deber de todo creyente es ver la dignidad de Dios y rendirle el honor y la gloria que es debida a Su nombre.
La adoración es de todos los días – no sólo los domingos
Si usted piensa que usted puede vivir como se le de la gana, de lunes a sábado y luego ir a la iglesia el domingo y adorar, ¡está muy equivocado! La adoración no se produce en el vacío, ni es estimulada por artimañas artificiales. Si usted tiene que estar en un edificio de la iglesia o escuchar un determinado tipo de música ambiental de adoración, lo que estás haciendo no es adoración. Usted debe ser capaz de adorar a Dios en la autopista durante la hora pico. Pero para ello, su corazón debe estar en lo correcto. Es decir, cuando nos reunimos en la asamblea de los santos para adorar a Dios, si no es una extensión de una vida de adoración, la verdadera adoración no se producirá. Es por eso que en Hebreos 13:15-16 nos dice que nos reunamos en conjunto para ofrecer “sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre”. Pero no nos olvidemos de “hacer el bien y de compartir”, como una forma de vida, o nunca vamos a generar ninguna adoración el domingo. ¡La adoración debe ser una forma de vida!
e) El propósito de la asamblea de los verdaderos adoradores 

A pesar de que nuestra adoración es un estilo de vida, también tenemos que estar involucrados en la adoración que se produce una vez por semana. ¿Por qué? Debido a que nuestra adoración en domingo nos estimula a adorar durante el resto de la semana. Hebreos 10 dice: “Acerquémonos con corazón sincero …. No dejando de congregarnos” (vv. 22a, 25a). ¿Por qué? Debido a que el versículo 24 nos dice que debemos reunirnos para una estimular a los otros “al amor y a las buenas obras.”
Tenemos que estar viviendo una vida de compartir y de justicia en el mundo con el propósito de la adoración. Y nosotros somos estimulados a hacer las cosas cuando nos reunimos con el propósito de la adoración. Una alimenta a la otra -. Tenemos que estar en la comunión de los santos, en la congregación de los justos, en el pueblo en el que Dios habita, ya que es allí donde se estimula al amor y a las buenas obras. A medida que la estimulación afecta a nuestra alma, vamos a “hacer el bien y de la ayuda mutua” ( Heb.13: 16 bis ). Entonces, cuando llegamos de vuelta a la asamblea, desbordamos en alabanza con un corazón continuo de adoración y acción de gracias.
Ahora bien, si no estás en este “ciclo” de adoración, será mejor que entre ¿Cómo? Confiese sus pecados y comience ahora mismo. La gente dice: “Bueno, tengo muchos problemas en mi vida cristiana, no puedo hacer el compromiso de ser coherente.” La gente que dice eso, básicamente, tiene uno de dos problemas: o bien no están adorando los seis días a la semana con una vida de adoración, o no están adorando un día por semana en la asamblea de los santos. Necesitamos las dos cosas! Si vas a la iglesia sólo cuando es conveniente, usted nunca va a conseguir hacer ambos actos. No lo puede hacer por su cuenta – usted tiene que tener la estimulación fiel y constante del amor y las buenas obras que un grupo de personas producirá en su vida. Por desgracia, vivimos en una sociedad frívola que va y viene de manera fácil, que la gente no hace ese tipo de compromisos fieles y consistentes – y luego se preguntan por qué no pueden llevar a cabo ambos actos juntos! Todos necesitamos unirnos a una asamblea de adoración, así como vivir cada día con una vida de adoración.
La adoración es importante porque la Escritura está dominada con ella, el destino está determinado por ella

martes, 20 de septiembre de 2011

Y se escandalizaban de Jesús (I)

 
El escándalo de los ladrones de frutos
Una nueva serie sobre principios de Jesús que escandalizaban a muchos de quienes le escuchaban.
19 DE SEPTIEMBRE DE 2011
 Apedrearon a los siervos y mataron al hijo para quedarse con los frutos, con la heredad. Poco se predica hoy sobre esta parábola dirigida a los religiosos de la época, a los principales sacerdotes y ancianos del pueblo. Quizás escandaliza la forma en que Jesús se dirige a los religiosos.

Así dice uno de los textos de la Parábola dirigida a cumplidores de las normas religiosas: “Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió a sus siervos para que los recibiesen. Mas los labradores apedrearon a los siervos. Finalmente les envió a su hijo… mas los labradores cuando vieron al hijo dijeron: Venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad”.  Mateo 21: 34-38 .

 ¿Son los religiosos, acaso, los ladrones de los frutos del Reino? La parábola afirma como conclusión que el reino de los cielos se le quitará a estos labradores y se entregará a otro pueblo que produzca sus frutos . ¿Acaso eran los religiosos de la época de Jesús los que impedían que los frutos llegaran a su legítimo dueño, el dueño de la viña? ¿Causa escándalo el tildar a los religiosos, trabajadores de la viña, de ladrones? ¿Sigue siendo actual la parábola y los frutos del reino son frenados por los religiosos?

Esta es una parábola escandalosamente dura que nos presenta a un grupo de personas que trabajan en la viña del dueño, pero que impiden que éste vea el fruto de su viña.  Estos labradores malvados se creen en la libertad de apoderarse ellos de los frutos de la viña hasta el punto de que son capaces de matar a los emisarios del dueño que claman por sus frutos.

¿Quiénes apedrean o persiguen hoy a estos emisarios, a los profetas de Dios?  ¿Quiénes apedrean hoy a los que reclaman los frutos de la viña para entregarlos a su Señor?  ¿Quiénes son los que apagan la voz profética para que no se den los frutos de justicia que reclama el dueño de la viña? ¿Quiénes se oponen hoy a los frutos de justicia, de solidaridad humana, de dignificación de las personas, de liberación de la pobreza y de la miseria de tantos sufrientes del mundo? ¿Acaso son los propios religiosos?  A mí no me escandalizan las palabras de Jesús, pero la Biblia constata que muchos se escandalizaban de Él.

Religiosos que se preocupan de sus iglesias, de sus parroquias, de que se mantenga cierta “limpieza” interna intramuros de los templos... pero ladrones de frutos. Pero ¿se puede identificar la iglesia con el Reino de Dios? ¿Debe dar la iglesia los frutos del reino o se puede quedar con ellos apedreando incluso a los profetas?

Yo defiendo y amo a la Iglesia. Aquí la cuestión está en saber si las iglesias son todas iglesias del reino. Si son iglesias del reino, no pueden estar robando los frutos que éste demanda.  Yo espero que las iglesias no estén apedreando a los profetas, ni maten al hijo para quedarse con los frutos de la viña, los frutos del reino que deberían estar actuando en el mundo, como frutos de búsqueda de justicia, de práctica de misericordia, de estar sacando a los últimos y poniéndolos en los primeros lugares . ¿Se roban estos conceptos porque, quizás, causan escándalo?

Gracias a Dios que hay iglesias del Reino y no son identificables con los labradores de la viña que querían sólo para ellos la heredad y la posesión de los frutos que producía la viña. Pero puede haber iglesias del antirreino.

Quienes ejerciendo de labradores, de trabajadores de la viña, son malvados y matan a los profetas, a los emisarios de Dios e impiden que los frutos del reino lleguen a todos, al mundo, a los necesitados para que haya una sociedad nueva en la que prosperen esos frutos, no son dignos de ser labradores del reino. El reino se les quitará y se buscará otro pueblo que produzca esos frutos. Hay que acabar con los labradores homicidas para que los frutos del reino resplandezcan en el mundo de una manera clara.

 Tenemos que saber que en la viña del Señor no hay lugar para los que no están aportando continuamente frutos, para los que no están actuando para los demás, para los que desconocen los frutos de la projimidad, para los que sólo se dedican a la palabrería y alabanzas vanas, pero que, al final, se quedan con los frutos, los roban, impiden que los frutos lleguen a un mundo lleno de dolor y con el que Dios se siente identificado.  Pero, cuando se dice esto, muchos se pueden escandalizar.

¿Quién es el que puede quitar a los labradores malvados que, sintiéndose propietarios o amos impiden que el Señor recoja sus frutos? ¿Quién puede eliminar a los que apedrean a los profetas, a los que matan al hijo? ¿Quizás pensarán que con un Dios muerto van a poder quedarse con los frutos de la viña del Señor? Por eso matan al Hijo. Quieren matar al mismo Dios para que no les demande la entrega de los frutos. Esto sí es un escándalo real. Ante esto sí hemos de escandalizarnos en justicia.

 A Dios no se le puede matar, porque es el dueño de la vida y de la muerte. Es verdad que mataron a Jesús, pero éste venció la muerte, resucitó y sigue pidiendo cuentas sobre los frutos que los religiosos tienen que dar al Señor de la viña.  Esos falsos amos de la viña tienen que ser sustituidos y eliminados. Tiene que darse la viña a otros que produzcan frutos, frutos de justicia, de misericordia y de amor. Sin esto la religión no es válida, los cultos no son aceptos al dueño de la viña, las plegarias son una molestia para los oídos de Dios, las fiestas solemnes no las puede soportar el dueño de la viña. Éste lo que quiere son los frutos del reino, que éstos actúen en el mundo.

Creo que esto puede ser una gran lección para el cristianismo hoy, una lección que potencia la obra social cristiana, el compromiso con los pobres, con el mundo, con los oprimidos, con los que están esperando que los frutos del reino lleguen a todos los rincones del mundo eliminando injusticias, liberando, dignificando… Aunque esto escandalice a algunos.

Dios no puede bendecir una iglesia que no dé los frutos del reino, que no los entregue como ofrenda a su Señor. Si la iglesia y los cristianos intentan robar los frutos y apedrear a los profetas, será quitada de la faz de la tierra y entregada a otro pueblo que sea iglesia del reino.

No puede darse la vivencia de un cristianismo estéril que no produce los frutos que el dueño de la viña está esperando. El reino de Dios no está entre los religiosos que no producen frutos, en el pueblo que apedrea a los profetas y que es capaz de matar al hijo para quedarse egoístamente con los frutos y con la herencia que no le pertenece. Nadie que mate la voz de los profetas puede ser un agente del reino de Dios.

La iglesia hoy tiene que escuchar la advertencia de Dios a su pueblo: “El reino de Dios será dado a gente que produzca los frutos de él”, dice el texto de Mateo. La iglesia debe estar preparada con su cesto de frutos. Su privilegio será el poder decirle al Señor: Aquí están los frutos, Señor. Los frutos de mi fe, los frutos que nuestra fe ha dado a través del amor... aunque esto escandalice a los religiosos insolidarios.
 
Autores: Juan Simarro Fernández
©Protestante Digital 2011
 

domingo, 18 de septiembre de 2011

NO CULPE A LOS DEMÁS DE LO QUE VIVE,

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Aiden Wilson Tozer

Un cristiano no puede echar a otros la culpa de lo que le pasa. Una vida entera de observación, lectura de la Biblia y oración me ha llevado a la conclusión de que lo único que puede obstaculizar el progreso de un cristiano es aquel mismo cristiano. El verdadero hijo de Dios puede vivir y crecer en circunstancias totalmente desfavorables a esta vida y crecimiento. Las circunstancias externas de poco o nada pueden servir en la vida espiritual del cristiano. Toda la filosofía del camino espiritual nos exige que lo creamos. Por esta razón, es siempre malo inculpar a nadie o a nada por nuestros fracasos espirituales o morales. Dios ha ordenado las cosas de tal manera que sus hijos pueden crecer con tanto éxito en medio de un desierto como en la tierra más fértil. Es necesario que sea así, siendo como es que el mismo mundo es un campo en el que nada puede crecer excepto por algún milagro. El viejo himno hace esta pregunta retórica: «¿Es acaso este mundo un amigo de la gracia, que me pueda ayudar a seguir en pos de Dios?» Y la respuesta implicada es que no. La gracia opera sin la ayuda del mundo.
Poco importa lo retorcida que sea la vida de nadie, hay esperanza para él si sólo establece una actitud recta para con Dios y rehúsa admitir cualquier otro elemento en su pensamiento espiritual. Dios y yo; ahí está el comienzo y el fin de la religión personal. La fe rehúsa reconocer que haya o pueda haber jamás una tercera parte en esta santa relación.
La actitud es de suma importancia. Que el alma asuma una serena actitud de fe y de amor para con Dios, y desde entonces la responsabilidad es de Dios. Él cumplirá sus compromisos. No hay en la tierra un lugar solitario en el que no pueda vivir un cristiano y alcanzar la victoria espiritual, si Dios lo envía allí. El lleva consigo a su propio ambiente, o le es suplido sobrenaturalmente cuando llega allí. Por cuanto no depende para su salud espiritual de las normas morales locales ni de las actuales creencias religiosas, vive a través de un millar de cambios terrenos, sin quedar por ello afectado por ninguno de ellos. Tiene un suministro privado de lo alto, y es en realidad un pequeño mundo dentro de un mundo, y una gran maravilla para el resto de la creación.
Debido a que esto es así, podemos ver fácilmente por qué nunca debiéramos echar a otros la culpa de nuestros fracasos. El hábito de buscar una consolación barata echando la culpa de nuestro pobre comportamiento a las circunstancias desfavorables es un mal muy perjudicial, y no debiera ser tolerado ni por un minuto. Vivir una vida entera creyendo que nuestra debilidad interior era el resultado de una situación externa, y luego descubrir al final que éramos nosotros los que teníamos la culpa, es algo demasiado penoso para contemplarlo. Diez mil enemigos no pueden detener a un cristiano, ni siquiera frenarlo, si se enfrenta a ellos con una actitud de plena confianza en Dios. Para él vendrán a ser como la atmósfera que se resiste al avance del aeroplano, pero que debido a que el diseñador del aeroplano sabía cómo aprovechar esta resistencia, viene en realidad a coadyuvar a la elevación de la aeronave y a mantenerla en lo alto en su larga travesía a través de todo un océano. Lo que habría sido un enemigo para el aeroplano se convierte en un útil siervo para ayudarlo en su vuelo.
Lo principal a recordar es esto: Jamás deberíamos echar a nada ni a nadie la culpa de nuestras derrotas. No importa lo malas que sean las intenciones de ellos, son absolutamente incapaces de dañamos hasta que comencemos a inculparles y a emplearlos como excusa para nuestra incredulidad. Es entonces que se vuelven peligrosos; sin embargo, somos nosotros los que tendremos la culpa, y no ellos. Si esto parece un poco de mera teoría, recordemos que siempre los mayores cristianos han surgido de tiempos duros y de tensas situaciones. Las tribulaciones trabajaron en realidad, para coadyuvar en su perfeccionamiento espiritual en cuanto a que les enseñaron a no confiar en sí mismos sino en el Señor que levantó a los muertos. Aprendieron que el enemigo no podía detener su avance a no ser que se rindieran a los apremios de la carne y comenzaran a quejarse. Y lentamente aprendieron a dejar de quejarse y a comenzar a alabar. ¡Es así de sencillo... y eficaz!
Tomado del libro Caminamos por una Senda Marcada de Aiden Wilson Tozer