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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Razones de la llegada del Salvador al mundo


Meditación escrita por Eugenia María Cabrera:
La navidad, para muchos es una época especial en la que se conmemora la venida a este mundo de nuestro gran Salvador Jesucristo. Hay quienes están de acuerdo con que la navidad se caracteriza por el materialismo y por la comisión de excesos en todos los sentidos, lo cual no deja de ser la realidad de muchos. Otros, culpables o no de estos pecados, aprovechan el tiempo de vacaciones para compartir en familia y con amistades, ir de viaje, organizar o asistir a fiestas, ir a la playa o a la montaña. Nada de esto es malo en sí mismo, pero es importante no perder el foco de lo que se celebra y por qué se celebra. El punto no es decorar arbolitos, colgar coronas en las puertas, hacer intercambios de regalos, enviar tarjetas, cantar villancicos o preparar la acostumbrada Cena de Nochebuena, simplemente porque es “la tradición”.
Para los creyentes que celebran la navidad, debe ser una época que trasciende todo lo material que puede ofrecer este mundo y debe producir que nuestros corazones desborden de un gran y abundante gozo, cuyo fundamento es el nacimiento del Mesías prometido. Jesús es el mejor regalo que jamás recibiremos. Nos fue dado por Dios para la salvación de la humanidad caída en pecado. Ya que la época nos recuerda esto, nuestra actitud en estas fechas, y aún durante el resto del año, debe ser primeramente de verdadera adoración e inmensa gratitud por el infinito amor y misericordia del Padre, quien por Su gracia se deleitó en enviar al mundo a Su Hijo para rescate de viles pecadores como nosotros.
Veamos algunos textos bíblicos que revelan las razones por las que Cristo descendió desde los cielos: (Tomado de “12 Reasons for Christmas”  por Jonathan Parnell, Desiring God, Diciembre 7, 2011).
  1. “…Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”. (Juan 18:37)
  2. “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”. (1 Juan 3:8)
    “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”. (Hebreros 2:14-15)
  3. “Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores”.  (Marcos 2:17)
  4. “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).
  5. “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos”. (Gálatas 4:4-5)
  6. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. (Juan 3:16)
  7. “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. (Marcos 10:45)
  8. “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él”. (1 Juan 4:9)
  9. “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. (Juan 10:10)
  10.  “… He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha… para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones”. (Lucas 2:34-35)
  11.  “Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios. Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los Padres” (patriarcas). Y para que los gentiles puedan glorificar a Dios por su misericordia. (Romanos 15:7-8).
  12. “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos”. (Lucas 4:18).
Por estas razones entonces, tomemos este tiempo no como una festividad hueca y sin fundamento, sino más bien como una oportunidad más para anunciar por doquier las buenas nuevas del Evangelio: ¡Que el Verbo de Dios fue encarnado y que con Su muerte y resurrección nos ofrece vida y luz! Pero si aún no has recibido al maravilloso y precioso Regalo del Cielo, la Palabra de Dios te dice: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar” (Isaías 55:6-7).
Oíd un son en alta esfera
Oíd un son en alta esfera: en los cielos ¡gloria a Dios!
y al mortal paz en la tierra: Canta la celeste voz.
Con los cielos alabemos, al Eterno Rey cantemos,
a Jesús que es nuestro bien, con el coro de Belén.
 Canta la celeste voz y en los cielos ¡gloria a Dios!
El Señor de los señores, el Ungido Celestial,
por salvar a pecadores tomó forma corporal.
¡Gloria al Verbo Encarnado, en humanidad velado!
¡Gloria a nuestro Redentor, a Jesús Rey y Señor!
Canta la celeste voz y en los cielos ¡gloria a Dios!
Príncipe de paz eterna, Gloria a Ti, Señor Jesús.
Con tu vida y con tu muerte nos ofreces vida y luz.
Has tu majestad, dejado, y buscarnos te has dignado,
para darnos el vivir en la cruz fuiste a morir.
Canta la celeste voz y en los cielos ¡gloria a Dios!

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