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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

domingo, 24 de junio de 2012

Aprovecha bien el tiempo





El tiempo es un regalo de Dios. No se puede alterar la cantidad que El nos da. Las demandas sobre nuestro tiempo son menos o más según la etapa de nuestra vida. Cómo proporcionar las 24 horas de cada día es lo que a nosotros nos interesa.
Jesús dijo, “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar” (Juan 9:4). Jesús aquí nos da dos principios de cómo usar el tiempo.
Primero, conoce lo que debes hacer. Como hijos de Dios, lo que nos corresponde a nosotros queda claro: fue dado a nosotros el ministerio de la reconciliación (2 Corintios 5:18). Son diferentes nuestros dones y cargos, pero al fondo la tarea es la misma.
El mundo de hoy ofrece un sin fin de opciones. Vivimos en tiempos engañosos. Las cosas que parecen ser buenas no siempre son las mejores. Oremos por discernimiento. Invirtamos nuestro tiempo y vigor en lo que de veras cuenta para la eternidad.
Segundo, haz los trabajos cuando necesitan ser hechos. No hay que trasmañanar. Yo me hallo en situaciones frustrantes cuando hago esto. Me pone a mí y a otros bajo presiones innecesarios. El peligro entonces es de no tener tiempo para las cosas más importantes.
Tuve una vecina anciana que estaba muriendo del cáncer. Yo, por el hecho de diferir visitarla, casi perdí la oportunidad de orar con ella. Gracias a Dios, El siguió trayendo a mi memoria esta necesidad hasta que la visité. Ella encontró la paz con Dios una semana antes que murió. ¿Cuántas oportunidades más he perdido por no trabajar entre tanto que el día dura?
Fuente: Sitio de Esperanza

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