Hoy más que nunca se valora la riqueza como prestigio y se sigue poniendo a los ricos en los primeros lugares... incluso en las iglesias cristianas.
02 DE ENERO DE 2012 Es impactante y un tanto escandaloso el fijarse en la inversión de valores que hace Jesús tanto en las parábolas del Reino como en otros mensajes suyos dirigidos tanto a las multitudes como a los discípulos. “...Sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige como el que sirve”. Lucas 27:26. ¿Escandaliza hoy esta frase a los creyentes?
En estas líneas sobre el servicio basadas en el pasaje de Lucas en el que los discípulos iban discutiendo cuál de ellos sería el mayor, vendría muy bien la frase de Jesús que estructura todo su pensamiento en estas áreas: “Los últimos serán los primeros” .
En el pasaje de Mateo 20, sobre la madre de los hijos de Zebedeo, pidiéndole a Jesús que ordenara que en su reino sus hijos se sentaran uno a la derecha y el otro a la izquierda, se perfila también este concepto. Allí el mensaje se da de esta manera: “El que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro siervo” . Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los siervos. No es nada fácil entender el Evangelio desde los parámetros del mundo. Les escandaliza. Causa rechazo si no se mira con los ojos de la fe.
No era fácil para los discípulos entender al Maestro. ¿Acaso lo es hoy? Hoy la tendencia normal sigue siendo el querernos encumbrar, el ser los mayores, el estar más cerca de los ángeles que de los hombres, especialmente de los hombres empobrecidos y maltratados . El pensamiento de Jesús dice que el servicio es el que nos pone en nuestro lugar. Los textos hablan de la grandeza del servicio... el grande es el que sirve, el que se humilla... no es el que se sienta a la mesa, sino el que se pone al servicio de los que se han de sentar.
En estas líneas sobre el servicio basadas en el pasaje de Lucas en el que los discípulos iban discutiendo cuál de ellos sería el mayor, vendría muy bien la frase de Jesús que estructura todo su pensamiento en estas áreas: “Los últimos serán los primeros” .
En el pasaje de Mateo 20, sobre la madre de los hijos de Zebedeo, pidiéndole a Jesús que ordenara que en su reino sus hijos se sentaran uno a la derecha y el otro a la izquierda, se perfila también este concepto. Allí el mensaje se da de esta manera: “El que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro siervo” . Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los siervos. No es nada fácil entender el Evangelio desde los parámetros del mundo. Les escandaliza. Causa rechazo si no se mira con los ojos de la fe.
No era fácil para los discípulos entender al Maestro. ¿Acaso lo es hoy? Hoy la tendencia normal sigue siendo el querernos encumbrar, el ser los mayores, el estar más cerca de los ángeles que de los hombres, especialmente de los hombres empobrecidos y maltratados . El pensamiento de Jesús dice que el servicio es el que nos pone en nuestro lugar. Los textos hablan de la grandeza del servicio... el grande es el que sirve, el que se humilla... no es el que se sienta a la mesa, sino el que se pone al servicio de los que se han de sentar.
Jesús lo fundamenta con su ejemplo: “Yo estoy entre vosotros como el que sirve” . Ese, diría Jesús, es el mayor ejemplo de grandeza. Hay toda una revolución de valores, aplicados aquí al servicio y a todo el pensamiento de Jesús en general. Con respecto a la lógica del mundo hay una revolución de valores, todo un trastoque de los conceptos que nosotros tenemos como buenos. Todo esto dejaba atónitos y escandalizados a los que escuchaban desde la lógica de los poderosos.
Hoy no ha cambiado mucho. En alguna ocasión, hablando de estos temas, lo que a grupos de creyentes les parece injusto es que en la parábola de los obreros de la viña se les pague igual a los obreros que han trabajado desde el principio del día que a los que han entrado al final de la jornada y que, además, se les pague los primeros. No entienden el trastoque de los valores de Jesús, su justicia que no es como la de este mundo, sino una justicia impregnada de misericordia a favor de los más débiles que, en este caso, sería aquellos a los que nadie quería contratar por ser precisamente los menos competitivos por su situación de debilidad.
Hay una inversión de valores que también se debe dar en la valoración de las personas, religiosas o no . La grandeza está en el servicio, no en el ser servido. La grandeza está en saber humillarse en el servicio al otro, no en el hecho de que otros te sirvan porque te consideran importante. Así estos párrafos de Jesús: “Los reyes de las naciones se enseñorean sobre ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores” . Esos no son los grandes, no son los importantes a los ojos de Dios. Se consideran los mayores a los que hay que servir y se autoengrandecen. Nunca serán los primeros, los que tengan la dignidad o el privilegio de sentarse al lado de Jesús.
Fuente: ProtestanteDigital
Hoy no ha cambiado mucho. En alguna ocasión, hablando de estos temas, lo que a grupos de creyentes les parece injusto es que en la parábola de los obreros de la viña se les pague igual a los obreros que han trabajado desde el principio del día que a los que han entrado al final de la jornada y que, además, se les pague los primeros. No entienden el trastoque de los valores de Jesús, su justicia que no es como la de este mundo, sino una justicia impregnada de misericordia a favor de los más débiles que, en este caso, sería aquellos a los que nadie quería contratar por ser precisamente los menos competitivos por su situación de debilidad.
Hay una inversión de valores que también se debe dar en la valoración de las personas, religiosas o no . La grandeza está en el servicio, no en el ser servido. La grandeza está en saber humillarse en el servicio al otro, no en el hecho de que otros te sirvan porque te consideran importante. Así estos párrafos de Jesús: “Los reyes de las naciones se enseñorean sobre ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores” . Esos no son los grandes, no son los importantes a los ojos de Dios. Se consideran los mayores a los que hay que servir y se autoengrandecen. Nunca serán los primeros, los que tengan la dignidad o el privilegio de sentarse al lado de Jesús.
Fuente: ProtestanteDigital
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