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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

miércoles, 30 de enero de 2013

¿Qué podemos aprender de nuestras circunstancias?

El Señor utiliza circunstancias que cualquiera hubiese supuesto que habrían dificultado el ministerio de Pablo para continuar. Y en tales circunstancias de adversidad, su respuesta no fue a quejarse, culpar a Dios, o hundirse en el descontento y la depresión. clip_image002
 En cambio, se regocijo (Filipenses 1:18). ¿En qué? ¿En circunstancias agradables, una vida fácil, o una buena reputación? No. El gozo de Pablo se encontró en el avance del Evangelio. Podía soportar la oposición de amigos y enemigos, podría disminuido en la insignificancia y la oscuridad, podía sufrir penalidades como buen soldado de Cristo Jesús (2 Tim 2:3), porque su ministerio no fue impulsado por una sed de protagonismo, sino por el avance del Evangelio.
Tenemos que aprender a recibir las pruebas de la vida de la mano de Dios mismo, como oportunidades enviadas directamente de Él para hacer avanzar el evangelio. No debemos tratar de cortar las piernas debajo de la soberanía de Dios al sugerir que Dios sólo permite pasivamente nuestras pruebas, o hace lo mejor de una mala situación. Cuando nos enfrentamos con el sufrimiento, debemos ver que el Señor Soberano a propósito nos da la oportunidad de hacer mucho más de Él y de Su Evangelio, respondiendo de una manera que deja en claro que la comodidad, la libertad de un conflicto, y una vida fácil no es lo que mas amamos, sino que es Cristo.
También tenemos que tomar ventaja de sus audiencias cautivas. Podemos no estar encadenados a un soldado romano, pero cada uno tenemos nuestras obligaciones que nos mantienen “cautivo.” Tal vez usted está encadenado a un escritorio en el lugar de trabajo. Tal vez usted está encadenado a un fregadero de cocina y un par de niños pequeños. Tal vez usted está encadenado a una cama de hospital, sin poder moverse libremente. Tienes que ver cada una de estas “cadenas” como una oportunidad para proclamar a Cristo exactamente dónde se encuentra. Usted puede ser testigo a sus compañeros de trabajo, a sus hijos, o con su enfermera y médicos. El mensajero puede ser encadenado, pero la palabra de Dios no está presa  (2 Timoteo 2:9). 

Fuente: Evangelio Según Jesucristo
moteo 2:9).
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