lunes, 18 de julio de 2011

Sobre la sexualidad: A solteros, viudos, divorciados y casados

  Sobre la sexualidad: algunas opiniones (y 2)
 

 FRANCISCO MIRA  es Psicólogo, pastor, escritor y secretario general de los Grupos Bíblicos Universitarios (GBU) .  De sus publicaciones, os invitamos a leer Sexo y Dios (Andamio, 2005).

 P.- ¿Realmente el sexo es el fin de la soledad? ¿Qué le diría acerca de los propósitos de Dios a los solteros, viudos, divorciados…?   R.- El sexo (la sexualidad) entendido en la dimensión genital o de intimidad física en el momento presente, nunca podrá ser la respuesta definitiva a la soledad humana. La dimensión física de la sexualidad fue diseñada para el marco del matrimonio heterosexual de forma única y exclusiva. ( Gén. 2:24 ). Quien acude al acto sexual al margen de una relación afectiva profunda y comprometida, seguirá encontrándose muy solo o sola.
El sexo (la sexualidad) entendido como dimensión relacional amplia entre seres humanos puede ayudarnos mucho a enfrentar de forma significativa la soledad. Eso es así, porque Dios crea al ser humano como varón y mujer para que se acompañen, compartan y satisfagan su necesidad como seres relacionales al margen del matrimonio. La comunión humana, la amistad, el compañerismo, el compartir experiencias, conversaciones, etc. como la comunión con Dios responden a ese carácter relacional con el que Dios nos creó. La amistad y el compañerismo nos ayudarán a enfrentar significativamente la experiencia de la soledad.


A solteros, viudos, divorciados y casados, les diría que el estado civil en el que uno se encuentra no es lo que determina que una vida sea significativa o no. Es nuestra disposición personal interna, de armonía, de aceptación, de madurez con la que vivimos, la que determina sentirnos más o menos solos.


Me sentiré menos solo si a relación con Dios es significativa y si he desarrollado y sigo desarrollando relaciones de amistad, de vecindad significativas. El sexo en su dimensión física y al margen del matrimonio no es la respuesta a la soledad, es un camino sin salida y acompañado de experiencias muy negativas. Esta enseñanza también es contracultural.



Fuente: Protestante Digital

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